martes, 10 de junio de 2014

La ingeniería técnica industrial, una profesión cada vez más competitiva y demandada por los empleadores.

Publicado en la revista Técnica Industrial (Junio 2014)

En fechas recientes hemos conocido una magnífica noticia que nos hace mirar al futuro con la esperanza y el atisbo de ciertos signos de reactivación económica. Y es que la ingeniería técnica industrial ha protagonizado el mayor avance en el escalafón de las profesiones más demandadas por las empresas empleadoras, situándose en segunda posición, por detrás de administración y dirección de empresas (ADE), y dejando atrás el cuarto puesto que ocupaba hace tan sólo dos años.
La profesión de ingeniería técnica industrial, a la que ahora se accede a través de los títulos de grado en ingeniería de la rama industrial, concentra ya el 3,5 % de las ofertas de empleo, proporción que alcanza el 5,6 % si se tiene en cuenta solo la oferta que se dirige a los universitarios, según se recoge en el informe sobre las carreras con más salidas profesionales. Además, entre las cuatro ramas tradicionales de las carreras universitarias (técnicas, ciencias, humanidades y ciencias sociales y jurídicas), la más solicitada por las empresas sigue siendo la rama de las carreras técnicas, con el 42% de las oportunidades de empleo.
Estos buenos datos se unen al hecho de que el mercado de trabajo está atravesando un punto de inflexión, aunque no hemos de olvidar que nuestra economía necesita todavía los cuidados necesarios para que realmente pueda abrirse el camino hacia un crecimiento sólido. Esta recuperación económica sebe ser, en buena medida, auspiciada por los ingenieros, ya que esta profesión representa un signo evidente de la competitividad que necesita este país para dar por finalizada la crisis económica, y entrar así en una nueva etapa de prosperidad. Y es que no hay que olvidar que las atenciones que necesita nuestra economía parten de la base de que la industria es la única actividad capaz de aunar el modelo de crecimiento que conlleve a la generación de la riqueza.
Para ello, es imprescindible llevar a cabo una adaptación constante de los estudios universitarios a las necesidades de las empresas, impulsando el espíritu emprendedor, la movilidad internacional y la competitividad. Además, la industria es el sector más innovador, y de ahí que requiera también una formación continua eficiente, ya que los conocimientos adquiridos exclusivamente en la enseñanza reglada no son suficientes actualmente para desarrollar con garantías toda una carrera profesional.
Al mismo tiempo, es necesario hacer un esfuerzo para atraer a los jóvenes hacia la formación técnico-científica, y garantizar de este modo que las competencias profesionales satisfagan las necesidades de la industria. Los estudiantes de ingeniería han de ser conscientes de que, gracias a los conocimientos que van a adquirir durante su carrera, estarán contribuyendo a sacar a flote a nuestra maltrecha economía, y servir así a la sociedad, a través de su trabajo.
También han de saber que en este arduo camino no están solos: cuentan con el respaldo y el apoyo de los colegios profesionales, cuyo objetivo es, en definitiva, servir a la sociedad. En el caso de nuestros colegios, a través de las múltiples iniciativas que están llevando a cabo en los últimos años y que, junto con el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (Cogiti), han contribuido a mejorar la empleabilidad de los ingenieros.
Medidas como la Acreditación DPC (Desarrollo Profesional Continuo) Ingenieros, la Estrategia de Emprendimiento y Empleo joven 2013-2016, la Plataforma Proempleoingenieros, la Plataforma de formación online, el Plan de Movilidad Internacional, el Punto de Contacto en Alemania o la recién creada Escuela de Fomento Industrial, entre otras actuaciones, vienen a refrendar la utilidad de todas ellas, poniendo a disposición de los ingenieros las herramientas competitivas que van a necesitar en el desarrollo de su profesión.
Sin embargo, la extraordinaria noticia para la profesión con la que comenzaba este editorial no va a significar en ningún caso que cejemos en nuestro empeño por conseguir mejorar todavía más las cifras de empleabilidad; este es sin duda un objetivo prioritario al que los colegios dedicamos en la actualidad -y así seguiremos haciéndolo en el futuro- gran parte de nuestros recursos.
Continuaremos trabajando con más fuerza, si cabe, para los muchos ingenieros e ingenieras que actualmente siguen sin empleo, reforzando nuestras virtudes profesionales en las empresas, y potenciando el sector industrial que nos define.

Sobre los 100 Grados en Ingeniería sin atribuciones


Sobre los 100 Grados sin atribuciones (Jun. 2014)