domingo, 16 de septiembre de 2012

Encuentros para impulsar la Industria

Publicado en la Revista Técnica Industrial (Sept. 2012)

Un año más, y ya van 17, se ha celebrado en la maravillosa ciudad de Gijón una nueva edición de los Encuentros con los ingenieros técnicos industriales, magníficamente organizados por el Colegio del Principado de Asturias. Lo que se llama “encuentros” resultan ser unas jornadas de trabajo intensas en las que se tratan los temas de máxima actualidad profesional. Aunque, por desgracia, en la actual coyuntura se ven empañados por la mala situación general de nuestra economía, los temas se abordan des-de el optimismo y la oportunidad que siempre respira nuestra profesión, acrecentados por la festividad de las fechas veraniegas y el entorno en el que se celebran. Pero todo ello no sería posible sin el amor a la profesión y el compromiso con la sociedad que impregnan estos encuentros y que se encarga de insuflar nuestro querido compañero Enrique Pérez.
Uno de los temas centrales del programa de este año fue el de las smart cities o ciudades inteligentes, que conjuga perfectamente la necesidad creativa y tecnológica de los ingenieros y la calidad de vida de los ciudadanos, como quedó patente con las diferentes ponencias realizadas. Este campo representa, ciertamente, un importante área de trabajo para nuestros profesionales, a pesar de la imposibilidad actual de realizar grandes inversiones. Pero esta dificultad estimula todo nuestro ingenio para conseguir estos objetivos con el menor coste posible. No cabe duda de que la mejora del entorno y la calidad de vida en las ciudades son objetivos clave y fundamentales para el correcto desarrollo y prosperidad de nuestra sociedad, y por tanto lo son también para la Ingeniería Técnica Industrial española.
En estas jornadas me correspondió rescatar un tema que por obvio parece olvidado, que es el de la seguridad industrial. Se trata de un asunto tan asumido por la sociedad que pasa casi desapercibido. Esta seguridad, que no deja de ser un derecho de los ciudadanos, como así viene reflejado en nuestra Constitución, está en “peligro de extinción” si no se adoptan las medidas necesarias que consigan el equilibrio óptimo entre la “liberalización” y la “calidad” de los servicios profesionales, que, por otro lado, son objetivos básicos de la Directiva de Servicios 2006/123/CEE. Y es que en España se ha hecho y se está haciendo una transposición muy sesgada hacia la liberalización y se está obviando la seguridad, lo cual producirá un desequilibrio nada deseable en nuestra sociedad. Es obvio que la burocracia en nuestro país es excesiva, como también lo son las barreras administrativas y legislativas entre las diferentes comunidades autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos, pero también es obvio que para solucionar ese problema no es necesario recortar la seguridad de los ciudadanos, y que bastaría con ser coherentes y tener claros los objetivos perseguidos.
Si pretendemos una agilización administrativa, que, a su vez, favorezca una mayor competitividad empresarial y emprendedora, esta pasaría siempre por la seguridad jurídica que necesitan estas empresas y por la seguridad que necesitan los ciudadanos, y al parecer estos conceptos no están claros, y se está tomando un camino equivocado. Lo prioritario es homogeneizar y armonizar normativas y procedimientos, para así tener –como así lo dice la Constitución española– un mercado único y poder integrarnos en el mercado único europeo. Pero, además de esto, hay que tener en cuenta las enormes posibilidades que la administración electrónica ofrece y que no están siendo utilizadas, y todo ello sin olvidarnos de la labor de colaboración con la Administración que realizan los colegios profesionales desde la perspectiva de control profesional y mejora de la calidad de los servicios profesionales.
Todo esto, enmarcado en el contexto europeo, fue expuesto por el jefe de Gabinete del Comisario de Industria y vicepresidente de la Comisión Europea, con quien además coincidimos en la imperiosa necesidad de una tercera revolución industrial. Y es que no cabe duda de que las economías que mejor están resistiendo esta crisis son las más industrializadas, ya que la industria representa el motor de toda una sociedad que se mueve bajo las ruedas de la innovación, el desarrollo, la investigación y el progreso.
Llegados a este punto, parece claro que nuestro país necesita potenciar la industria y para ello cuenta con todos los ingredientes necesarios, pero hace falta cocinarlos adecuadamente. Da la impresión de que dentro de la Unión Europea se está polarizando la industria en determinados países, y nosotros no somos precisamente uno de esos polos. Resulta que nuestro capital humano (ingenieros y personal cualificado) está siendo reclamado en otros países, porque aquí no somos capaces de emplearlo; resulta también que todas las magníficas infraestructuras que se han creado en nuestro país (en algunos casos desproporcionadas) están siendo infrautilizadas, y además nuestros salarios son muy inferiores a los de los países polarizados industrialmente. Pues bien, este cúmulo de factores representa nuestro gran potencial, y ahora solo necesitamos crear el clima necesario para que podamos atraer inversiones extranjeras, que implanten sus industrias y de esta forma impidamos nuestra descapitalización humana, que significará a la larga nuestra condena al estancamiento y la recesión.
Para concluir estas jornadas, y a modo de puesta en común, se realizó por primera vez en Gijón un pleno-asamblea extraordinario del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial, en el que estuvieron representados los 50 colegios. En este pleno se enfatizó la necesidad de mejorar la calidad de los servicios profesionales y las actuaciones de los colegios profesionales. Termino con un agradecimiento especial al Colegio del Principado de Asturias y a su decano, por haber sabido crear ese clima ideal. Y os animo a todos a reproducir diariamente esas condiciones porque sin duda alguna nos ayudarán a trabajar y a pensar más y mejor, que es lo que necesitamos.

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