viernes, 10 de agosto de 2012

Si España tiene los ingenieros y Alemania la industria, que se trasladen ellos aquí

Entrevista publicada en La Nueva España (Agosto 2012)


El presidente del Consejo de la Ingeniería Técnica Industrial, José Antonio Galdón Ruiz, lleva varias semanas visitando los colegios profesionales que integran este órgano para dar a conocer el sistema de acreditación que acaban de poner en marcha para los ingenieros técnicos industriales de España. Esta iniciativa avala y certifica la formación continua y la experiencia profesional de quienes accedan a este sistema. El proyecto surge de una necesidad propia de los profesionales: la de contar con una herramienta que, como en otros países, facilite su reconocimiento social y certifique el grado de maestría del profesional y las capacidades adquiridas.



-¿Qué beneficios tendrán los ingenieros que se acrediten?
-A parte de que van a tener un currículo totalmente certificado que acredita que todo lo que se dice allí es veraz, les da la posibilidad de realizar un desarrollo profesional continuo, incentivándoles para poco a poco vayan prosperando dentro de su carrera profesional. Además, lo que hace es una diferenciación porque da una marca personal a cada ingeniero que con la competitividad que existe hoy en día entre los profesionales les aporta una aval para que sean reconocidos directamente por la sociedad. De alguna forma, la acreditación lo que hace es identificarles como un tipo de ingeniero: junior, senior, advance o expertise.



-¿Qué compromisos asume el ingeniero?
-El de la formación continua. Hoy en día todos los ingenieros necesitan una formación permanente porque los avances tecnológicos son muchos y los cambios normativos constantes, pero es algo que la sociedad no ve. Con el nuevo sistema de acreditación, en función del nivel que tengas, es necesario realizar una formación específica y esa formación se hace visible a la sociedad de forma que cualquiera que vaya a contratar los servicios de un ingeniero acreditado sabe que es un ingeniero totalmente formado y preparado en las últimas tecnologías.



-¿Hay receptividad entre los profesionales a incorporarse a este modelo?
-Sí, pero es un sistema que se tiene que ir introduciendo paulatinamente en la sociedad. Poco a poco irá calando. Ahora mismo levanta mucha inquietud entre los colegiados porque se preguntan para qué sirve, pero de lo que se trata es de que la propia sociedad exija que exista este tipo de acreditación, igual que ocurrió en otros países.

-Pero implica costes para quienes deseen asumirlo...
-Hemos establecido unos precios básicos para que cubran los gastos de gestión. El sistema de acreditación obliga a validar y compulsar todos los documentos y conlleva el mantenimiento de la página web y la bolsa de empleo. Todas esas cuestiones son las que se tratan de cubrir con los precios. La máxima tasa, la de expertise, son 150 euros, asumible. Además, uno de los grandes objetivos de la acreditación es que los ingenieros puedan encontrar empleo. Para los que están en paro, en algunos casos el trámite es totalmente gratis.



-¿Cuántos ingenieros se contabilizan en este momento en situación de desempleo?
-Las estadísticas señalan que la tasa de paro ronda entre el 10 o el 12%. Es inferior al resto de trabajadores. También tenemos muchos profesionales que están intentando salir fuera porque la demanda de ingenieros desde el exterior es importante.

-¿Alemania es el destino natural para un ingeniero?
-Sí. Alemania, Reino Unido... todos esos países son de los que más ofertas nos están llegando porque la industria suya sigue creciendo aunque ya empieza también a resentirse. La realidad en Alemania es que sus ingenieros están envejeciendo y no existe vocación de estudiar Ingeniería. Por eso están viendo que necesitan rejuvenecer las plantillas porque si no, no van a poder mantener la industria.

-¿Sería esa la oportunidad para los ingenieros españoles que ahora mismo se encuentran en paro o tratando de hacerse un hueco en el mercado laboral?
-Es una de las posibilidades, no la única. Si España tiene los ingenieros y Alemania tiene la industria, pues que traigan la industria aquí que les saldrá más barato, antes de que los ingenieros nuestros tengan que irse fuera. Yo creo que en España se deberían sentar las bases de un modelo de crecimiento y desarrollo industrial que resulte atractivo para que las empresas alemanas se asienten aquí. Ya que tenemos la capacidad técnica para llevar adelante ese tipo de industrias, que se implanten en España. Nos dicen que en Alemania un ingeniero cobra mucho más que en nuestro país. Pues vamos a ver si nos ponemos de acuerdo sin necesidad de exportar siempre nuestro capital humano.

-¿Están bien vistos en Europa los ingenieros españoles?
-Por supuesto. Los alemanes y los austriacos no piden profesionales. En realidad, los ingenieros españoles están mucho mejor valorados más allá de las fronteras de nuestro país que dentro.

-¿Bolonia les ha perjudicado tanto como dicen?
-Partiendo de la base de que el sistema de Bolonia trataba de unificar los títulos universitarios a nivel europeo nos hemos dado cuenta de que ha sido un auténtico fracaso. Se planteaba hacer unos títulos de ingenieros que pudieran ser válidos para toda Europa pero se sacan los tres niveles (graduado, máster y doctorado) que no coinciden en ningún momento con la denominación de otros países, incluso, si me apuras, ni con la duración de los estudios porque hay países que tienen grados de tres y cuatro años, con lo cual lo que estamos es desunificando todo.

-¿Qué solución plantean?
-El nombre de la titulación no es significativo porque no dice exactamente nada sobre esa persona. Nosotros entendemos y defendemos a capa y espada que lo importante es qué sabes hacer. Para eso está la acreditación profesional. Y si lo sabes hacer en España, lo sabes hacer en Francia, en Inglaterra, en Brasil... Entonces defendemos un título profesional donde se recojan las competencias profesionales de cada uno. Esa es la única manera de identificarnos fuera de nuestras fronteras. Los títulos académicos son lo que son, cada universidad le pone el nombre que quiere y luego ninguno de ellos coincide.

-¿La convivencia de grados especialistas con másteres generalistas complica la situación?
-Se está haciendo Bolonia a la inversa y en la ingeniería se ha hecho así. Cuando se hablaba de que los grados tenían que ser generalistas y los másteres especialistas, en España se ha hecho al revés por seguir manteniendo la estructura que había antes y venía de hace dos siglos. Ya está bien.

-¿Se sienten discriminados? 
-Yo creo que hoy en día la universidad española no se puede permitir el lujo de formar un ingeniero para que salga a la calle y le llamen ingeniero inferior porque hay otro que es superior, en sentido figurado. Y eso no ocurre en ningún país de Europa ni del mundo, que se mantengan dos niveles en la función pública para titulados universitarios. De hecho, los ingenieros técnicos industriales podemos ser del máximo nivel en Europa y, sin embargo, en España no. ¿Dónde se ha visto eso? Eso carece de sentido. Tenemos que modificar los planteamientos.