miércoles, 28 de diciembre de 2016

La Administración también necesita los mejores Ingenieros


Editorial Revista Técnica Industrial nº315

La Administración también necesita los mejores ingenieros 

Terminamos el año 2016, que a todos los efectos ha sido muy positivo para nuestra profesión en su conjunto, pero sin olvidarnos, por supuesto, de todos aquellos que lo siguen pasando mal y para los que seguiremos trabajando de forma incansable.
Ha sido un año marcado por varios acontecimientos importantes que, sin duda, van a cambiar nuestra historia, y me refiero tanto al cambio de nombre de nuestro Consejo General incluyendo a los graduados en ingeniería de la rama industrial, como a lo que quizás es más importante y significativo para la evolución de la ingeniería, y que ha sido la sentencia del Tribunal Supremo del 9 de marzo que permite a los graduados acceder a las plazas de ingeniero industrial.
Esta sentencia marca un antes y un después de nuestra profesión, por cuanto que por fin se hace justicia y se nos permite evolucionar dentro de la Administración pública por nuestras capacidades y competencias y sin quedar limitados por la titulación académica como venía sucediendo hasta la fecha, aunque la ley dijese lo contrario.
La reforma de Bolonia ya lo dejaba bien claro al indicar que el título de grado es el válido para la realización de actividades profesionales, y de ello ha dado muy buena cuenta el magistrado ponente del Tribunal Supremo en su sentencia, por lo que podemos afirmar que a partir de aquí hay que replantearse muchísimos aspectos sobre la constitución actual de las profesiones de ingeniería en España.
La sentencia es clarísima al respecto, pero lo más contundente son los hechos que la han propiciado. Un graduado en ingeniería eléctrica con gran experiencia y formación continua se presentó a las oposiciones de ingeniero industrial de la Comunidad Foral de Navarra y, frente a otros ingenieros que tenían el título de ingeniero industrial o el máster de ingeniero industrial, aprobó la oposición y obtuvo su plaza. Posteriormente y basándose en las restricciones de "titulitis" que venimos arrastrando desde el siglo XIX, se le denegó su plaza primero en la Administración autonómica y después en el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, hasta que el caso llegó al Supremo y se impuso la cordura.
Con este hecho, queda patente lo que venimos defendiendo en estos últimos años, y es que hay otros muchos medios de adquirir conocimientos que no tienen por qué ser necesariamente las Universidades, sino que estos también se adquieren a través de la experiencia o la formación continua a lo largo de la vida profesional. Pero algo que es mucho más evidente es la obcecación que han demostrado y siguen demostrando algunas Administraciones, que mientras realizan unas pruebas de selección para elegir a los mejores, posteriormente deciden prescindir de ellos por no estar en posesión de un título determinado, y aquí queda totalmente en entredicho la competitividad de las Administraciones públicas.
Menos mal que las empresas no copian estas actuaciones y, por fortuna, se puede crecer profesionalmente basándose en conceptos de competencias hasta llegar al máximo nivel, como es el caso entre otros muchos del ingeniero técnico industrial D. José Peláez, que está dirigiendo la tercera fase de esclusas del Canal de Panamá, lo que a la sazón es hasta fecha la mayor obra de ingeniería del siglo XXI.
Con esta sentencia se estarían eliminando todas las barreras que para nuestro desarrollo profesional teníamos en la Administración pública. Y digo se estarían, porque aunque pueda parecer paradójico, todavía hay quien no quiere hacerse eco de la misma por intereses corporativistas o quizás por seguir defendiendo la supremacía de determinadas razas.
"LOS PRINCIPIOS DE MéRITO, CAPACIDAD Y ESFUERZO SON LOS QUE HACEN UNA SOCIEDAD COMPETITIVA, PERO ADEMáS, SON LOS QUE NOS ESTáN CONDUCIENDO HACIA LA EVOLUCIóN DE NUESTRA PROFESIóN"
Nadie pone en duda que un ingeniero industrial o un máster en ingeniería industrial tenga más conocimientos o competencias que un ingeniero técnico industrial o un graduado en ingeniería de la rama industrial recién terminada la titulación, puesto que han realizado un curso o dos más en la Universidad. Pero no por ello se puede decir que esta situación sea similar con el paso del tiempo, dado que cada uno en función de su actividad profesional y su formación, evolucionará en mayor o menor medida. Y es que no todos los ingenieros con el mismo título somos iguales, ni todos sabemos lo mismo y, por tanto, el título no es lo que nos identifica, sino que son nuestras capacidades y competencias.
Y con esto quiero decir que el título académico ha de ser una puerta de entrada al mundo profesional, como así lo es el título de grado, y a partir de ahí cada uno elegirá su camino sin que existan límites profesionales. Y eso será lo que nos permitirá dar ese gran salto de competitividad que necesita la ingeniería española.
Los principios de mérito, capacidad y esfuerzo son los que hacen una sociedad competitiva, pero además, son los que nos están conduciendo hacia la evolución de nuestra profesión por la vía del sentido común, algo que ha de imponerse frente a los inmovilismos y las nostalgias del pasado que tratan de impedir la lógica de los hechos consumados. Así que vamos a seguir ofreciendo a la sociedad lo que necesita, que ni son ingenieros de primera ni de segunda, sino que son los mejores ingenieros.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Entrevista para "Murcianos en Madrid"


Entrevista para "Murcianos en Madrid"

MURCIANOSENMADRID
Gente Emprendedora


JOSÉ ANTONIO GALDÓN”MADRID ME HA ENSEÑADO A VALORAR MUCHO MÁS LA FAMILIA, LOS AMIGOS Y EL TIEMPO”

“Inquieto, Pragmático, Ingenioso…”de éste modo José Antonio Galdón,describe el perfil de un ingeniero Técnico Industrial pero, sin duda, está definiendo su persona. Porque José Antonio, natural de Yecla, es todo éso y mucho más. A los 30 años ya ostentaba el cargo de Decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de La Región de Murcia, responsabilidad que abandona recientemente para centrar toda su energía, que no es poca, dentro del Consejo General de Ingenieros Técnicos Industriales de España en Madrid como Presidente.















1.-José Antonio, es conocido por los murcianos que en Cartagena, está la Facultad Superior de Ingeniería Industrial. ¿Tenemos que envidiarle algo, a las facultades de Madrid? ¿Qué diferencias ves entre ambas ciudades a nivel universitario?


Absolutamente nada, y precisamente los estudios de Ingeniería Industrial en Cartagenason de los mas antiguos de España y datan del año 1901, lo que ya nos indica el arraigo y prestigio que tienen. No existen diferencias cualitativas y en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Cartagena cuenta con excelentes profesores y programas formativos y, por tanto, ofrecen a la sociedad unos ingenieros muy bien formados y preparados para afrontar los diferentes retos profesionales. Yo estoy muy orgulloso de haber estudiado allí y tengo muy buenos recuerdos.
2.-José Antonio ¿ crees que la profesión, el día a día, de un ingeniero Técnico Industrial se vive más intensamente en Madrid que en Murcia? ¿Actualmente, cómo ves vuestro sector?.


La profesión de Ingeniero es siempre intensa y requiere de una enorme capacidad de adaptación a las diferentes circunstancias y a la propia evolución de la las tecnologías, lo que nos hace estar en un proceso continuo de formación y reciclaje. No obstante, la intensidad del ejercicio profesional no está relacionada con la ciudad donde vivas, sino con el puesto de trabajo concreto que ocupes.


Nuestra profesión es muy polivalente, y por ello no hemos sufrido tanto la recesión de los últimos años, aunque no cabe duda que nuestro país necesita fortalecer el sector industrial y, en ese aspecto, tenemos que liderarlo como ya hemos realizado en etapas anteriores.



3.- ¿Cómo llegas a ser Presidente del Consejo?¿ Se trata de una cuestión de Obligación, Devoción, Responsabilidad o ninguna de ellas?


Yo no soy de las personas que se quejan amargamente de que las cosas no vayan bien y, desde el principio, he tratado de cambiarlas desde dentro y eso fue, precisamente, lo que me llevó en primer lugar a presentarme a las elecciones de Decano de mi Colegio de la Región de Murcia, junto a varios compañeros de la Universidad Politécnica de Cartagena. Fué enFebrero del 2006 y todos pensaban que estaba loco, que era imposible que una persona de30 años y además de Yecla pudiese conseguirlo, y la verdad es que no fue nada fácil porque tan solo gané por 3 votos.


Una vez como Decano, entras a formar parte del Consejo General, y durante 5 años estuve aportando iniciativas e ideas de las que no se hacían demasiado eco los dirigentes de entonces, así que, nuevamente, me puse manos a la obra para tratar de ponerme al frente eimpulsar las medidas que yo entendía necesarias para la profesión y los Colegios Profesionales. La historia fue muy curiosa y he de decir que, nuevamente, gané por un escaso margen pero fué gracias a la confianza que muchos decanos depositaron en mí, que conseguí ser elegido.


Pero contestando a la segunda pregunta, yo diría que fueron varios factores entre los que se incluyen el empecinamiento y cierta dosis de idealismo, pero la esencia reside en los casi 100.000 Ingenieros por los que debemos trabajar y en el servicio que debemos prestar a la sociedad, siendo por tanto una cuestión de responsabilidad.
4.-¿Qué diferencias has notado, en tú quehacer diario, entre ser el Presidente del Consejo General, que engloba a todos los demás Colegios Industriales de España, a ser el Decano del Colegio de tú Región ?


El cargo de Decano, era totalmente compatible con mi trabajo como funcionario del Ayuntamiento de Yecla y, como Presidente del Consejo, tengo dedicación exclusiva y esa podría ser la única diferencia significativa, unida a la mayor representatividad y por tanto responsabilidad, que me otorga este último. No obstante, la forma de actuar es la misma y está centrada en ofrecer los servicios que necesitan los colegiados para que puedan servir con la mayor garantía, calidad y profesionalidad a la sociedad. Por ello, nos hemos centrado sobre todo en la empleabilidad de nuestros profesionales para lo que hemos creado el mayor portal de empleo para Ingenieros en España(www.proempleoingenieros.es) que además ofrece otros muchos servicios, tanto para las empresas como para los colegiados.




También hemos puesto en marcha una plataforma de formación learning www.cogitiformacion.es, que cuenta con casi 200 cursos y ha tenido ya mas de 16.000 alumnos, de los cuales 4.000 han recibido becas del 50% gracias a la solidaridad de todos los colegiados, con los que más lo necesitan, que es un principio básico y esencial de nuestras Instituciones. Además de todo lo anterior, contamos un programa de movilidad internacional que lleva asociado un plan de retorno, un sistema de acreditación profesional que otorga visibilidad y marca personal a los Ingenieros tal y como existe en otros países (www.acreditaciondpcingenieros.es), y otros muchos servicios para facilitar el desarrollo profesional.









Salimos de su despacho y continuamos conociendo más en profundidad a José Antonio, recorriendo el Consejo que actualmente está en obras. Un buen momento para ver y mostrarnos en primera persona los cambios, para mejor, que está sufriendo el Consejo de Ingenieros Industriales de España.



5.-Vemos que estáis en obras dentro del Consejo, ¿A qué se debe el cambio?


La sede del Consejo General tiene casi 40 años, y en este tiempo se han realizado algunas reformas, pero necesitábamos una mayor funcionalidad de las mismas y adaptarlas al nuevo esquema de trabajo, pero además, queríamos que nuestra sede fuesen una fiel imagen del trabajo y la innovación que aportamos los Ingenieros, y por ello se ha proyectado una sede que reúne todos los requisitos de seguridad y confort, pero a su vez, las instalaciones son totalmente domóticas, y presentan las últimas novedades en eficiencia energética y control.



6.- ¿En qué ayuda el Consejo General a los Colegios Oficiales de otras provincias?


El Consejo General, representa la profesión en el ámbito nacional e internacional y a su vezcoordina las actuaciones de los 50 Colegios que forman parte del mismo, de tal forma que se unifiquen las líneas de actuación a seguir y se compartan los servicios. Es obvio que la unión hace la fuerza, y nuestra profesión hoy en día está muy cohesionada en torno a los objetivos comunes que compartimos, y ello nos lleva a una situación colaborativa y solidaria que suma nuestros esfuerzos y multiplica los logros.
7.- ¿Cuál es el perfil de un ingeniero técnico industrial?


Se trata de una persona con un poco de inquietud tecnológica, que tenga habilidades, le guste transformar, inquieta, pragmática, que le guste hacer cosas útiles e ingeniosas.
8.- ¿Qué consejo le darías a un técnico industrial murciano, recién llegado a Madrid? ¿Y a un técnico industrial madrileño, que lo destinasen a Murcia?


Al Ingeniero murciano le diría que no se agobie, porque aunque Madrid pueda resultar una ciudad muy difícil para la vida cotidiana, también podrá encontrar otras ventajas que le ofrece la capital de España, y al de Madrid sin duda le diría que, aprovechase cada minuto en Murcia para disfrutar de cada uno de sus rincones, de su gastronomía, de su clima y de su gente.
9.- ¿Qué te ha aportado tu nueva etapa en Madrid?


Sin duda una visión mucho más amplia tanto del sector en el que me desarrollo, como en el ámbito social y cultural, dado que no solo he recorrido todos los Colegios de España (50), sino que además, han sido numerosos los encuentros con Ingenieros de otros países tanto a nivel Europeo como mundial a los que he asistido.
10.- ¿Qué es lo que más te gusta de Madrid? ¿Y lo que menos te gusta?


Sin duda lo que más me gusta es ver amanecer mientras estoy corriendo por el parque del Retiro, también su anonimato, el poder pasear y que pases totalmente desapercibido, y por lo demás, Madrid es una ciudad bastante cómoda para andar , puedes hacer prácticamente de todo. Igual cuando tenga hijos, conciliar la familia e hijos pueda ser más difícil, pero no es mi caso actualmente, ya veremos… Lo que menos me gusta es la polución, el caos circulatorio y lo lejos que está de Murcia …
11.- Recomiéndanos un sitio para visitar y saborear en Madrid y otro en Murcia o Yecla.


Para visitar y pasear en Madrid El Retiro y, de Yecla, el Santuario de la Virgen del Castillo, los gazpachos yeclanos, muy parecidos al manchego y El Restaurante de Los Chiscos, tiene premios a nivel Nacional e Internacional.


Y en Madrid…la verdad es que en Madrid hay tantos que, en estos momentos, había uno que era un antiguo teatro restaurado, no recuerdo bien el nombre… pero vamos mucho a la Máquina de Chamberí, el otro día comimos caracoles!.
12.- ¿Qué has aprendido de Madrid estos últimos años?


Madrid me ha enseñado a valorar mucho mas la familia, los amigos y el tiempo, porque realmente se trata de una ciudad muy impersonal donde se vive muy deprisa.
13.- ¿Con qué frecuencia sueles bajar a Murcia?


Hasta hace muy poco que he dejado de ser Decano de la Región de Murcia, he estado yendo 2 o 3 veces al mes por cuestiones de trabajo y, realizando casi siempre mi parada técnica en Yecla. Pero a partir de ahora, aunque sea ya solo por devoción, seguiré manteniendo la misma frecuencia siempre que sea posible y sobre todo en fechas señaladas, como ahora, que se acercan las Fiestas de la Virgen de Yecla.
14.- El Consejo de Ingenieros Técnicos Industriales, se sitúa en una avenida cuyo nombre “ Pablo Iglesias” puede dar mucho de qué hablar….¿Qué tienes que decir a éste respecto? ¿Te sientes identificado con el nombre de dicha avenida?




(Sonríe) Menuda preguntita…, aunque como ya he aprendido un poco, te contestaré de forma similar ( risas). Solo te diré que, cuando me entrevisto o coincido con políticos del Partido Socialista, les digo que nuestra sede está en la Avda. Pablo Iglesias, algo similar a lo que transmito a los responsables de Podemos, pero que cuando lo hago con los del Partido Popular o Ciudadanos, o bien lo omito o si preguntan, les digo que estamos en frente de los Jardines del Canal de Isabel II. (Ambos reímos ante su respuesta, ingeniosa y políticamente correcta para los distintos casos)
15.-¿ Qué proyectos dejas sin cumplir éste 2016 que estamos a punto de terminar y, qué proyectos y retos te planteas para el nuevo año 2017?


La verdad es que sigo teniendo la misma ilusión que el primer día, y eso es precisamente lo que me permite mirar con mucho optimismo el futuro para afrontar estos y otros retos que puedan salir.


Centrándome solo en los retos profesionales, este año ha sido especialmente productivo en cuanto a la consecución de objetivos, y que además ha venido acompañado de una leve mejoría de la situación económica global y por tanto del empleo entre los Ingenieros. No obstante, tenemos un sector de profesionales con gran experiencia y alta cualificación con edades entre los 45 y 55 años que por las circunstancias, están teniendo muchísimas dificultades para reincorporarse al mundo profesional, por lo que éste será un objetivo prioritario para el próximo año.


Además de lo anterior, este próximo año vamos a poner en marcha un nuevo proyecto, donde estaremos integrados estudiantes de Ingeniería e Ingenieros, para compartir experiencias e información, y que se sumará a todas las acciones que ya estamos llevando a cabo para tratar de influir en el desarrollo e innovación de nuestra sociedad, fomentando la política industrial y caminando hacia un nuevo modelo energético.
16.-¿Conocías Murcianos en Madrid?


Si, y precisamente fue gracias a la presentación que hice en Madrid del libro de un Ingeniero murciano, donde volvimos a coincidir después de varios años y ya me contaste la que, para mí, es una extraordinaria labor que estás llevando a cabo para conseguir mantener viva la llama murciana. Además, he tenido la suerte de asistir a uno de los encuentros que has organizado con nuestros paisanos en Madrid, y que con una estrella de levante y una marinera en la mano, nos hizo trasladarnos por un momento a la Plaza de las Flores.





Nos despedimos de Jose Antonio Galdón, Tony para los amigos, en ésta avenida cuyo nombre está tan de moda en la actualidad en el ámbito político y que por ello no olvidaremos. Desde el Consejo,situado frente a un campo de practicas de golf, con unas vistas maravillosas desde su despacho, podemos afirmar que estamos ante un hombre perseverante, que ha luchado por y para los suyos, confiando plenamente en que la constancia y el esfuerzo, son dos cualidades necesarias para poder llegar dónde uno se proponga.




Gracias José Antonio por tú tiempo y, sobre todo,por hacernos sentir una vez más orgullosos de ser murcianos, al conocer que hay un murciano en Madrid que a través de su trabajo, tenacidad y perseverancia, representa a todos los ingenieros industriales de ESPAÑA.






martes, 24 de mayo de 2016

Hacia una evolución conjunta de la Ingeniería. (Editorial Revista Técnica Industrial nº 313)


Hacia una evolución conjunta de la Ingeniería.

La fecha del 8 de abril de 2016 y el R.D. 143/2016 pasarán a la historia de nuestras instituciones como elementos significativos de la evolución y transformación que nuestra profesión ha realizado a lo largo de su dilatada historia.
En esta ocasión, el nombre de nuestra Institución ha evolucionado incorporando en el mismo a las nuevas generaciones de Ingenieros que tras la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior están surgiendo de nuestras Universidades y Escuelas, y me refiero a los Graduados en Ingeniería de la rama industrial, que conforme a la orden CIN 351/2009 dan acceso a la profesión de Ingeniero Técnico Industrial.
Ingenieros mecánicos, eléctricos, electrónicos, químicos, textiles, diseño industrial …, representan la nueva generación de profesionales totalmente en consonancia con el ámbito europeo y mundial  y que sin duda alguna marcan el presente y futuro de las profesiones de ingeniería en España.
Nuestros profesionales han sabido evolucionar en consonancia con la sociedad y con los requerimientos de la misma, y este hecho, nos ha llevado a ser un referente claro en el mercado laboral y profesional de nuestro país, pero desgraciadamente no ha ocurrido lo mismo con las profesiones y la concepción de las mismas.
El modelo español de las profesiones basado única y exclusivamente en la posesión de un determinado título académico, resulta algo insólito e inusual en el panorama mundial, como también lo es, la ausencia del reconocimiento de las competencias adquiridas a lo largo de la vida profesional y por tanto, el consiguiente freno a la evolución de los profesionales.
Este hecho, unido al de unas atribuciones profesionales muy segmentadas, estáticas y basadas exclusivamente en el uso y en función de la rama de la ingeniería, sigue generando excesivos conflictos donde los más perjudicados son precisamente, a los que desde los Colegios Profesionales tenemos que servir y por los que tenemos que trabajar, que son los Ingenieros y la sociedad. Es por ello, que debemos hacer una reflexión profunda sobre el concepto de corporativismo profesional que impera en las instituciones colegiales, y matizar todas aquellas cuestiones que no son propias de organizaciones que tienen, entre otras misiones la de fomentar el desarrollo y prosperidad de las sociedades.  
Es obvio que los corporativismos sesgados no ayudan sino a tratar de mantener posturas inamovibles y arcaicas, que lejos de propiciar avances producen continuamente retrocesos e involuciones que además generan conflictos innecesarios e impropios del siglo XXI.
Esta situación, está desgraciadamente muy arraigada en las Ingenierías españolas, donde tanto entre las diferentes ramas como entre las Ingenierías Técnicas e Ingenierías de la misma rama, se mantienen en muchos casos enfrentamientos por “tradición” y “arraigo” pero no por motivos reales o causas justificadas por interés general.
Muestra de ello, es el reciente anuncio que se ha realizado desde el Consejo General de Colegios de Ingenieros Industriales de España donde se indica que van a recurrir al Tribunal Supremo el cambio de denominación de nuestro Consejo General, y sin entender muy bien los objetivos reales que persiguen, sí que evidencian, su deseo de impedir nuestra evolución y que por tanto, ese sería un beneficio para ellos, algo que define de forma precisa la actitud y objetivos de los “dirigentes” de nuestros compañeros Ingenieros Industriales. 
Pues bien, ante este hecho, solo quiero trasladar tranquilidad porque nuestra actuación, se ha realizado desde la más estricta legalidad y con los procedimientos que fija nuestro Estado de Derecho, habiendo recabado los informes de todos los Ministerios afectados, y de las corporaciones, entidades y organismos entre las que por supuesto han estado los Ingenieros Industriales, y habiendo obtenido tanto el informe favorable del Consejo de Estado como la aprobación por parte del Consejo de Ministros y la posterior publicación del R.D. 143/2016 que recoge nuestro cambio de denominación.
Pero también quiero decir, que esta situación no va a variar ni un ápice el sentido de nuestras actuaciones que nunca van a estar dirigidas a atacar o entorpecer la actuación de otros compañeros profesionales, sino que van a continuar en el sentido de construir y evolucionar la profesión a la que representamos y teniendo siempre muy presente los objetivos que perseguimos y que sin duda deberían ser compartidos, como son el crecimiento y desarrollo de nuestro país, a través de ofrecer a los profesionales que ofrezcan más seguridad, calidad y garantías a la sociedad, y fomentar y mejorar el sector industrial.
Desde aquí tiendo nuevamente la mano a nuestros compañeros para trabajar juntos en lo verdaderamente importante, en todos los objetivos que compartimos y en lo que realmente tenemos que ser útiles, dejando a un lado todo aquello que nos impida generar las sinergias que necesitamos.
Pero es más, debemos tender hacia una organización profesional única que aglutine todas las ramas de la Ingeniería, como ocurre en la mayoría de países, y de esta forma además de conseguir ser más fuertes e influyentes, se fijarían unos criterios uniformes de habilitación profesional que permitiesen una competitividad sana entre los profesionales, y a su vez aumentasen la calidad y garantía de los servicios que prestamos a la sociedad.
Es el momento del diálogo entre las profesiones, y es el momento priorizar los intereses de la sociedad y los colegiados, frente a los corporativismos sesgados y rancios que desgraciadamente se siguen imponiendo. Así que desde aquí, apelo a la altura de miras y generosidad de todos los dirigentes de las corporaciones profesionales de la Ingeniería, para comenzar a trabajar en un proyecto de unión, que a buen seguro no estará exento de dificultades, pero que tendremos que superarlas con ilusión y con la certeza que el resultado nos hará mejorar a todos.

Y estas son las reflexiones que he querido compartir con todos ustedes, desde la humildad y con el máximo respeto a opiniones diferentes, pero a su vez, las hago desde la convicción, el espíritu constructivo y una óptica liberal (que no libertina), que son las que guían mis actuaciones y propuestas, con mayor o menor acierto.

lunes, 2 de mayo de 2016

José Antonio Galdón: "La profesión de ingeniero sigue teniendo futuro" (El economista)

La profesión de Ingeniero tiene futuro

José Antonio Galdón: "La profesión de ingeniero sigue teniendo futuro"


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El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados de la rama industrial de la Ingeniería, Ingenieros Técnicos Industriales y Peritos Industriales de España (COGITI), José Antonio Galdón, ha explicado que la profesión de ingeniero sigue teniendo buenas perspectivas profesionales, a pesar del parón producido en la empleabilidad en los últimos años, lo que ha propiciado la salida al exterior de los profesionales que no debe verse como "una fuga de cerebros". No obstante, el sector tiene ante sí algunos retos como el reconocimiento de las capacidades y experiencia.
José Antonio Galdón ha impartido en Zaragoza la conferencia 'Nuevos horizontes en la Ingeniería' en la que ha realizado un repaso sobre la situación actual de los profesionales de la ingeniería y de los retos que tienen ante sí. Un contexto en el que ha indicado que la profesión de ingeniero sigue siendo imprescindible para conseguir una sociedad más próspera, además de seguir ofreciendo buenas perspectivas laborales.
En los últimos años ha habido "un parón que también nos ha afectado a los ingenieros, pero no en tanta proporción", puesto que la tasa de paro del sector se ha situado en entre un 10% y un 12%.

Salir al exterior

Una situación que ha favorecido que "los ingenieros se hayan ido a trabajar fuera, pero no lo veo como una pérdida de talento, de capital o de fuga de cerebros" porque "entendemos que es mejor que un ingeniero que no encuentra trabajo en España para ejercer su actividad profesional salga fuera antes de trabajar en otras áreas profesionales. Es mejor que salga fuera, que aprenda y que conozca otro idioma y ya volverá".
De hecho, para facilitar el retorno, ha explicado que desde el Consejo se ha puesto en marcha un plan de movilidad internacional que lleva asociado un plan de retorno a través del que se ofrece información de nuevas oportunidades en España para que se pueda volver. "La mayoría quiere volver a España. Sigue siendo talento español, aunque se desarrolle en otro país".
Galdón ha manifestado que los jóvenes estudiantes de ingeniería deben "tener confianza en ellos y en sus posibilidades, en su formación... porque tienen campos y horizontes que tienen que abrir", además de contribuir a impulsar la industria.
Unas líneas de acción para las que desde el Consejo se ofrecen diversos servicios como la plataforma proempleoingenieros.es a través de la que se difunden oportunidades profesionales, incluso de primer empleo, además de contar con otros servicios como mentoring, para realizar el currículum y superar una entrevista de trabajo... y para emprender.

Hacia una única profesión

Durante su conferencia, Galdón también ha hecho alusión a los retos que tienen ante sí en el sector como es el caso del Anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales, que "lleva un tiempo paralizado y que tiene luces y sombras".
En declaraciones a elEconomista.es, Galdón ha señalado que este anteproyecto tiene "aspectos importantes" como, por ejemplo, "implantar atribuciones más modernas a los ingenieros", en lugar del sistema actual en el que "todos los ingenieros tienen las mismas atribuciones con independencia de sus capacidades y experiencia", de manera que se avance hacia un sistema de atribuciones individuales como las que se emplean en otros países con el fin de que los ingenieros españoles puedan ganar en competitividad porque "ésto nos hace ser menos competitivos y, por eso, todo lo que sea evolucionar por lógica y que los profesionales puedan ser más competitivos es importante".
Gastón también ha señalado la importancia de que se adapte la profesión al resto del mundo, poniendo fin a la dualidad en España en la profesión de ingeniería y que se produzca una evolución sobre el ejercicio profesional.
Una evolución en la que la reforma de la formación dentro del Marco Europeo de Cualificaciones "ha sido un acierto en cuanto a la evolución e implantación de los niveles de Europa", aunque en España se ha producido una alteración de la "lógica de Bolonia, que hablaba de grados generalistas y un master de especialista". En España, los grados "son generalistas y el master es generalista. Cambiar de modelo era para cambiar la profesión y confluir hacia una ingeniería única basada en el reconocimiento de las competencias y la experiencia".

Internacionalización

Otro de los retos de estos profesionales se centra en la internacionalización y salida al exterior. "Existe una problemática grande porque no hay homogeneidad en las titulaciones ni en la denominación ni en la duración ni en las funciones a realizar. Resulta difícil cuando tratas de identificar por títulos académicos", aunque es menos complicado cuando esa identificación se realiza por capacidades, conocimiento, habilidades y destrezas.
"En el resto de países europeos sí se reconoce la experiencia y las competencias, pero en España falta dar ese salto. Aquí si tienes títulos, sabes", pero hay otras formas de aprendizaje como la experiencia y la formación a lo largo de la vida.
No obstante, esta situación se prevé que se solvente en el horizonte de 2018, fecha en la que se ha propuesto que todos los países europeos se sigan esos parámetros y "a partir de ahí será más sencilla la movilidad", aunque hoy en día no hay un gran problema en reconocer a los graduados españoles.

Tribunales

Finalmente, el presidente de COGITI también se ha pronunciado sobre el conflicto que se trasladará al Tribunal Supremo por parte de la Junta de decanos del Consejo de los ingenieros industriales (CGCOII) para impugnar el RD por el que el Consejo de Ministros aprobó el pasado 8 de abril la nueva denominación de Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales, que ahora pasa a incluir a los graduados de la rama industrial de la ingeniería.
Un conflicto sobre el que Galdón ha manifestado que "no vamos a dedicar un segundo a este asunto" porque la nueva denominación ha pasado todos los trámites y consultas ministeriales y se trasladó para alegaciones, saliendo favorable.

viernes, 12 de febrero de 2016

La necesaria evolución de las profesiones de Ingeniería

La necesaria evolución de las profesiones de Ingeniería
Nuestra sociedad, la Ingeniería y los Ingenieros hemos ido evolucionando en conjunto, de forma coordinada y a la vez recíproca, pero seguimos sin dar ese salto de modernidad que requieren las profesiones en sí y su ejercicio profesional. Seguimos anclados en el siglo XIX y la nostalgia y el inmovilismo son la base de las actuaciones que desde algunos ámbitos profesionales se pretende imponer, y que por tanto impiden la evolución lógica, a la que por otra parte, queramos o no queramos, estamos abocados. Tenemos ante nosotros la oportunidad de ser nosotros, las corporaciones profesionales, los que propiciemos e impulsemos esos cambios desde una perspectiva profesional y de futuro, si no queremos que sean otros los que nos lo impongan.
Nuestro modelo de ejercicio profesional ha permanecido prácticamente estático desde sus orígenes, y no solo sigue manteniendo una dualidad en las profesiones de Ingeniería inédita en todo el mundo, sino que además basa las atribuciones profesionales de los mismos, única y exclusivamente en la posesión de un determinado título académico, y en el concepto de uso y no de capacitación técnica o competencias específicas y propias de un determinado profesional.
Tanto es así, que hasta el concepto de atribuciones profesionales, resulta muy confuso no solo para los estudiantes o recién egresados, sino para la mayoría de los ciudadanos que muchas veces no logran entender esas restricciones en el ejercicio profesional en el ámbito de la Ingeniería y la Arquitectura.
Pues bien, las atribuciones profesionales son la capacidad legal para el ejercicio de una profesión regulada en España, que conlleva implícitas la habilitación para realizar una serie de actuaciones profesionales.
Esta habilitación se otorga en nuestro país con el único requisito de tener una determinada titulación académica y que ésta, a su vez, cumpla unos determinados requisitos en los contenidos formativos, sin olvidarnos de la obligación de pertenecer al Colegio Profesional correspondiente con el objetivo del control de la deontología y ética profesional en beneficio del ciudadano. Y hasta este punto, podría resultar de alguna forma coherente, es decir, que a través de demostrar que has adquirido una serie de conocimientos con la superación de una determinada titulación universitaria, se te habilite para el ejercicio de una profesión.
Lo que no resulta tan coherente es que esas atribuciones profesionales permanezcan estáticas a lo largo de la vida profesional, por lo que en toda lógica, se está desincentivando en buena medida la evolución profesional, y por tanto la competitividad.
Conviene recordar que esas atribuciones profesionales de los Ingenieros de 2º ciclo (que no superiores), vienen otorgadas por Decretos predemocráticos y preconstitucionales, de principios o mediados del siglo pasado, donde como es imaginable, ni los estudios, ni la tecnología, ni la sociedad, ni las profesiones tienen nada que ver con las de ahora.
En nuestro caso, al igual que ocurre con todas las Ingenierías Técnicas y la Arquitectura Técnica, tenemos las atribuciones profesionales por la Ley 12/86 que ya fue debatida y aprobada en las Cortes Generales, aunque también hace ya 30 años de la misma, y por tanto también requiere una actualización.
No obstante y según la misma, el Ingeniero Técnico Industrial tiene la capacidad legal para la redacción y firma de proyectos de construcción, reforma, reparación, conservación, demolición, fabricación, instalación, montaje o explotación de bienes muebles o inmuebles, las direcciones de obra de los proyectos, la realización de mediciones, cálculos valoraciones, tasaciones, peritaciones, estudios, informes, planes de labores y otros trabajos análogos, así como la dirección de toda clase de industrias o explotaciones, etc.
Pues bien, tanto para nosotros como para el resto de Ingenieros, estas atribuciones profesionales son las mismas tanto para un recién titulado como para un Ingeniero que lleva 30 años en el ejercicio de la profesión, como también para otro que lleve 30 años sin ejercer, algo que todos coincidiremos en que resulta cuanto menos, totalmente ilógico.
Pero además en el ámbito de las Ingenierías, estas atribuciones profesionales se encuentran segmentadas por uso y ligadas a las diferentes ramas, es decir, a la rama agrícola o agrónoma le corresponden las atribuciones en construcciones e instalaciones con uso agrícola, a la rama civil las construcciones e instalaciones de uso civil, a la rama industrial las industriales y así con todas las ramas, al igual que ocurre entre la Arquitectura y la Ingeniería, reservando para la primera la exclusividad en edificación administrativa, sanitaria, religiosa, residencial en todas sus formas, docente y cultural[1]. Este hecho, que basa la actuación profesional en función del uso y no de las capacidades técnicas, genera monopolios e impide una competitividad sana entre profesionales, y como se pueden imaginar es el germen de numerosos conflictos en los Tribunales de Justicia.
Fruto de la legislación, de todas esas sentencias y de la jurisprudencia, se da el caso de que por ejemplo, un Ingeniero Técnico Industrial, y dentro de suelo industrial, puede proyectar una nave industrial de 200.000m2 o más, puede proyectar la vivienda del guarda que vigila dicha nave, y puede proyectar el albergue o residencia donde habitan los trabajadores de la misma, pero sin embargo, ese mismo Ingeniero, no puede proyectar una nave para usos mineros de 200 m2, no puede proyectar esa misma vivienda en suelo residencial, ni por supuesto la edificación de un albergue o residencia para uso público. Esta situación, que para muchos de ustedes resultará totalmente ilógica, lo es también para el resto de profesionales de la Ingeniería europea, que sonríen de forma espontánea cuando lo han escuchado de mi propia boca. Este es un claro ejemplo del sinsentido que significa la actual regulación profesional.
Tanto es así, que queda reflejado en la Memoria de Análisis de Impacto Normativo que acompañaba a la non nata Ley de Servicios y Colegios Profesionales que impulsó el todavía actual Gobierno, y que dice lo siguiente en referencia a las Ingenierías:
“De acuerdo con el sistema europeo de reconocimiento de cualificaciones, cuando se desplazan a otros países de la UE, sólo se les permite ejercer aquellas actividades para las que están habilitados de acuerdo con la normativa española. Como esta normativa es muy restrictiva, las atribuciones profesionales están muy segmentadas. En consecuencia, los profesionales españoles, especialmente los ingenieros, se ven muy limitados para prestar servicios fuera de España. Por el contrario, los profesionales europeos, al tener en su Estado de origen una regulación más abierta, sí están habilitados para ejercer en España en un campo mucho más amplio de actividades profesionales.”
Aunque por supuesto también, hace referencia a la Arquitectura, en los siguientes términos:
“De un análisis comparado con otros países europeos se puede concluir que hay países donde no existe reserva de actividad para arquitectos y otros donde es mucho más limitada que la existente en nuestro país y se comparte con otros profesionales.”
Por tanto, aquí tenemos uno de los grandes problemas del ejercicio profesional de las profesiones técnicas (Arquitectura e Ingeniería), y en el que las propias organizaciones profesionales hemos tenido parte de culpa, por cuanto hemos priorizado los corporativismos globales frente a otros posicionamientos basados en la habilitación individual a través de la experiencia y formación de cada uno.
Y llegados a este punto, los Colegios profesionales tenemos que impulsar nuestro papel de ofrecer calidad, seguridad y garantías de los trabajos de nuestros colegiados a la sociedad, a través de la coordinación, y el establecimiento de unas reglas del juego claras e iguales para todos, que permitan a su vez una competencia sana entre los distintos profesionales, eliminando todas aquellas barreras que puedan suponer un freno a la evolución profesional de los colegiados.
Sras. y Sres., no todos los Ingenieros son iguales porque tengan el mismo título, y aunque puedan tener las mismas atribuciones recién terminada su titulación, éstas deberán ir creciendo en consonancia a la experiencia profesional y formación de cada uno, y por tanto, además de fomentar la evolución profesional se estaría haciendo justicia al aplicar los principios de mérito, capacidad y esfuerzo de forma individual, en consonancia con las exigencias que presenta el mercado.
Pero esto no lo digo yo, sino que es una máxima de la propia Unión Europea, que ya en el año 2008 introdujo oficialmente la recomendación relativa a la creación del Marco Europeo de cualificaciones para el aprendizaje permanente (European Qualification Framework EQF), y que además estableció como fecha límite el año 2012 para que todos los certificados de cualificación de los diferentes países contuvieran una referencia al nivel EQF, algo que en España y para los titulados académicos se ha realizado en 2015, a través del R.D. 22/2015 por el que se modifica el R.D. 1521/2011 del Marco Español de Cualificaciones en la Enseñanza Superior.
El EQF utiliza 8 niveles de referencia basados en resultados de aprendizaje (definidos en términos de conocimientos, destrezas y competencia), y en  lugar de centrarse en los datos básicos (duración del aprendizaje, tipo de institución), se basa en lo que el titular de una determinada cualificación realmente sabe y puede hacer, y como veis, esto es lo que hemos estado hablando en la primera parte del artículo.
Pero, además de las recomendaciones, este espíritu es uno de los pilares en los que se fundamenta el mercado único europeo y la movilidad profesional, por lo que se ha incluido en la propia directiva 2013/55/UE que modifica la directiva 2005/36/CE relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales, y por tanto también, en el reciente reglamento de Ejecución UE 2015/983 de la Comisión, sobre el procedimiento de ejecución de la tarjeta profesional europea en una serie de profesiones y que habrá de extenderse para todas.
De esta forma, cada profesional quedará identificado no solo por las titulaciones académicas que tenga, sino también por la experiencia laboral y el resto de formación no formal, lo que sin duda será una información muy útil para nuestros posibles empleadores y clientes.
No hemos de olvidar que los fines perseguidos por este reconocimiento del aprendizaje permanente a lo largo de la vida son precisamente tres de los que en España estamos muy necesitados, como son empleabilidad, movilidad y competitividad, y por tanto, deberíamos ser los más interesados en implantarlo.
Como hemos dicho anteriormente, en España, a falta del desarrollo del marco español de cualificaciones MECU, se ha realizado una equivalencia entre los niveles del MECES y los del EQF (R.D. 22/2015), es decir, entre los académicos y los profesionales, pero no es posible incorporarte a un nivel EQF superior al que corresponde a nivel académico, puesto que no existe ese sistema para reconocimiento de cualificaciones, y para el que se ha puesto como fecha tope el año 2018.
Es decir, cualquiera podría ser un titulado de Grado al que corresponde el nivel 2 MECES y 6 EQF, pero sin embargo podría estar en posesión de cualificaciones (competencias, conocimientos y destrezas) adquiridas a través de la experiencia profesional y la formación continua, que lo podrían situar en el nivel EQF 8.


Imagen 1. Descriptores para definir los niveles del Marco Europeo de Cualificaciones (MEC).

Además, y también el pasado año, en sucesivos Consejos de Ministros fueron aprobando de forma individual la correspondencia de las titulaciones pre-Bolonia con los niveles MECES y EQF,  con lo que se ha dado un paso importantísimo en la eliminación de la dualidad en las profesiones de Ingeniería, ya que la Ingeniería Técnica se sitúa en los niveles correspondientes a los Graduados, que al fin y al cabo son los que corresponden a los Ingenieros en el resto de países.
Además, de alguna forma se resta importancia profesional a los másteres habilitantes, dado que con cualquier master oficial de especialización se estaría en el mismo nivel profesional, es decir en el nivel EQF-7, y todo ello puede verse en la imagen nº2.


Imagen 2. Correspondencia de las titulaciones pre-Bolonia con los niveles MECES y EQF.

No obstante, ya han sido muchos los pasos andados y las modificaciones surgidas en torno al Espacio Europeo de Educación Superior en el sistema académico español, pero también en este campo, el conservadurismo y el corporativismo profesional están impidiendo que las Ingenierías evolucionen hacia una convergencia europea y mundial total.
Sin ir más lejos, y con el único objetivo de mantener los dos niveles en las Ingenierías en España, y por tanto, contra el criterio marcado tanto en el EEES como en la normativa española (R.D. 1393/2007 y R.D. 861/2010), se crean títulos especialistas en el Grado para luego implantar másteres generalistas y habilitantes, algo que además de ilógico no concuerda con nada de lo existente en el orden mundial.
Está bien claro, que el título de Grado ha de ser generalista y además el que da acceso al mercado laboral, y cuando se incumple esta premisa, sencillamente se está vulnerando una de las esencias de la reforma del EEES. Pero lo más preocupante es como afecta a los estudiantes y al conjunto de la sociedad, que al fin y al cabo deberían ser la base de las decisiones que se adopten, y no otros intereses que puedan distorsionar los objetivos perseguidos. Por ello, conviene recordar, que cualquier titulado de Grado generalista, tendrá muchas más oportunidades de empleo, no solo porque a priori y debido a la generalidad del título pueda abarcar más campos, sino, porque también se le permitirá en caso de ser necesario, una especialización en un mayor número de materias, mientras que si esa especialización ya se realiza en el Grado, son muchísimas las puertas que se cierran en la trayectoria profesional.
Pero es que además, y esta reflexión nos la podemos realizar todos, la propia evolución profesional nos conduce a la especialización en función del área de trabajo que estemos desarrollando, y acabamos siendo auténticos especialistas de nuestro campo.
Y es que, frente a lo que se piensa en España, que para ser ingeniero hay que estudiar cinco o seis años (cuatro de grado más uno o dos de máster en función de la Universidad), en el resto de países es suficiente con un máximo de cuatro años, lo cual nos coloca en una posición de desventaja competitiva respecto a otros profesionales.
Y ahora seguro que hay alguien que piensa y no con poca razón, que el ingeniero recién titulado de cinco o seis años tendrá más conocimientos que uno de cuatro, y eso no es discutible, pero lo que hay que preguntarse es, si es verdaderamente necesario y si podemos permitírnoslo, porque supongo que nadie pondrá en duda la preparación y profesionalidad de los ingenieros alemanes, británicos, estadounidenses, y japoneses.
Aunque también es cierto, y como se ha comentado en la primera parte del artículo, para el acceso a la profesión en la mayoría de países, además de un título universitario (bachelor), se requiere también una experiencia, un recertificación de conocimientos y en algunos sitios además un examen de acceso.
Y otro aspecto importantísimo, que se ha de tener en cuenta, es la propia directiva de reconocimiento de cualificaciones.
Por tanto, y lejos de subirnos al tren de la reforma de homogeneización marcada por Europa, nos dedicamos a cambiarlo todo pero para dejarlo como estaba, habiendo perdido una oportunidad única, de que fuese el sistema universitario el que fijase las bases para la evolución lógica de las profesiones de Ingeniería.
Pero esto no solo queda aquí, sino que la reforma de Bolonia realizada en el sistema universitario español en el ámbito de las Ingenierías, ha supuesto además la proliferación de titulaciones de Grado en Ingeniería especialistas (más de 100) que no tienen atribuciones profesionales, y que en algunos casos coinciden en la denominación con otras que sí que las tienen.
Como hemos dicho al principio del artículo, en España las atribuciones profesionales las concede un determinado título académico que ha de cumplir con unos requisitos mínimos de formación que establece el Gobierno, y que para nuestra profesión es la Orden CIN 351/2009, de tal forma, que cualquier titulación que cumpla los requisitos de la misma y que así lo acredite la Agencia Nacional de la Evaluación de la Calidad Académica y Acreditación (ANECA), concede al poseedor del mismo las atribuciones profesionales para ejercer esa profesión.
Al mismo tiempo se ha eliminado el catálogo de títulos, de tal forma que cualquier universidad pueda denominar la titulación como quiera siempre y cuando no conduzca a confusión.
Bajo estas dos premisas, para todos es conocido que un titulado en Ingeniería es un Ingeniero, y que son los Ingenieros los que realizan proyectos, direcciones de obra, etc., pero eso ahora no es así, y me explico. Hay más de 100 títulos de Graduado en Ingeniería que no cumplen la Orden CIN 351/2009 y que por tanto, conforme a la actual legislación, no tienen atribuciones profesionales, y este hecho no sería tan grave, si realmente las decenas de miles de alumnos que han optado por estas titulaciones conociesen esta situación desde el principio y antes de comenzar sus estudios.
A continuación podemos ver algunos ejemplos que les resultarán muy ilustrativos, no solo por los nombres de los mismos, sino también por las enormes diferencias entre titulaciones que se denominan exactamente igual:
- Graduado o Graduada en Ingeniería Biomédica (sin atribuciones profesionales)
- Graduado o Graduada en Ingeniería de Materiales (sin atribuciones profesionales)
- Graduado o Graduada en Ingeniería de Diseño Industrial (sin atribuciones profesionales, aunque se trata de una titulación y profesión altamente demandada por las empresas y consolidada en la Ingeniería Técnica)
- Graduado o Graduada en Ingeniería en Diseño Mecánico de la Universidad Pública de Navarra (tiene las atribuciones del Ingeniero Técnico Industrial)
- Graduado o Graduada en Ingeniería de la Energía (en la mayoría de casos sin atribuciones profesionales, y en otras con las atribuciones de Ingeniero Técnico de Minas)
- Graduado o Graduada en Ingeniería de la Salud (sin atribuciones profesionales)
- Graduado o Graduada en Ingeniería de Organización Industrial (sin atribuciones profesionales aunque también está muy demanda por las empresas). Existen numerosos másteres de Ingeniería en Organización Industrial.
- Graduado o Graduada en Ingeniería en Tecnologías Industriales (sin atribuciones profesionales y se trata del grado blanco para posteriormente realizar el Máster de Ingeniero Industrial)
- Graduado o Graduada en Ingeniería mecatrónica (las titulaciones de las Universidades de Vic y Málaga-Sevilla no tienen atribuciones profesionales, y sin embargo, la de la Universidad de Zaragoza tiene las atribuciones de Ingeniero Técnico Industrial).
- Graduado en Ingeniería Química, en todas las Universidades tiene las atribuciones del Ingeniero Técnico Industrial, menos en las Universidades del País Vasco, Las Palmas de Gran Canarias y Extremadura.

Como se puede ver, resulta realmente complejo hasta para las personas que de alguna forma estamos involucradas en este mundo universitario y profesional, lo cual les puede hacer una idea de la confusión que está generando no solo entre los estudiantes sino entre los propios empleadores o la sociedad en su conjunto.
Y creo conveniente poner un ejemplo, y que le ocurrió a un titulado de Ingeniería de la Energía, que a simple vista y por el nombre, parece más o menos lógico que pudiese proyectar instalaciones energéticas (instalaciones eléctricas, de gas, plantas fotovoltaicas, etc…) y eso mismo pensó su empleador, en este caso, una empresa de energías renovables. Pues bien, cuando su jefe le encargó la realización del proyecto de una planta fotovoltaica, se puso a ello y mientras tanto y como sabía que tenía que estar colegiado, fue al Colegio y fue allí donde se enteró de que su titulación no tenía atribuciones profesionales y que por tanto no podía firmar ese proyecto, con el consiguiente desengaño y frustración que le produjo conocer la noticia. Se pueden imaginar la desolación.
Lo peor de todo, es que parece como que los Colegios seamos los malos y no queramos dejarle firmar el proyecto, pero todo el mundo ha de saber que nosotros mientras exista el sistema actual ni damos ni quitamos atribuciones, y que son exclusivamente los títulos universitarios a través de las Órdenes del Gobierno las que las dan.
Pero salvando este caso, que puede ser recurrente en otras muchas titulaciones de Grado en Ingeniería, también es cierto que hay otras titulaciones de Grado que no requieren de atribuciones profesionales por cuanto están destinadas a funciones de carácter más específico dentro de áreas de diseño, organización, calidad, desarrollo, organización y que en principio no las necesitan.
Y digo en principio, porque a pesar de ello, y siempre pensando en las máximas salidas profesionales de los recién egresados, yo siempre sería partidario de que estudiasen previamente una titulación con atribuciones profesionales, que viene a ser una salida laboral más, y ya posteriormente realizar el máster oportuno en cualquiera de las especialidades que ahora aparecen en los Grados, como son la biomedicina, la organización industrial, Energía, Materiales, etc…, que sería realmente lo lógico y razonable. De esta forma, tendría una titulación generalista y con acceso a la profesión que les otorgaría una serie de atribuciones profesionales, para posteriormente ir ampliándolas en función de la especialización formativa o laboral.
En la actualidad, en nuestra profesión y de los profesionales colegiados, son solo un 20% aproximadamente los que están haciendo uso de dichas atribuciones, pero sin embargo son mas del 80% los que alguna vez en la vida profesional han hecho uso de ellas, lo que indica que se trata de un recurso que siempre está ahí, y que por tanto significa otra salida laboral.
Mención aparte merece el título de Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales, que resulta ser una titulación ficticia y creada con el único objetivo de servir de base para el máster de Ingeniero Industrial, con lo que nuevamente se están vulnerando todos los principios del proceso de Bolonia.
Es decir, cualquier titulado de Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales, ni tiene atribuciones profesionales, ni tiene profesión, ni tiene demanda laboral alguna por parte de las empresas, y por tanto, solo queda abocado a tener que realizar el máster para poder acceder a una profesión, con el considerable perjuicio que se les puede causar a los estudiantes. Y es que, nadie sabe como te puede ir en la vida, y si en un determinado momento te tienes que ver forzado a abandonar los estudios, por cuestiones de cualquier índole (familiar, económica, etc…) y  en este caso te encontrarías con una titulación de Grado sin acceso a un mercado laboral claro, por cuanto se trata de una titulación que no obedece a ninguna demanda real, sino a cuestiones, como ya hemos dicho, puramente organizativas de algunas Universidades y Escuelas, y tiene su lógica.
Algunas Escuelas que con anterioridad al EEES solo ofrecían las Ingenierías de 2ºciclo en 5 años, vieron cómo ahora esa formación quedaba reducida a un máster de 60 a 120 ECTS (1 o 2 años), accediendo desde cualquiera de los Grados en Ingeniería de dicha rama, y lejos de incluir esos Grados en sus escuelas, y en algunos casos con el afán de seguir manteniendo esa diferenciación entre “Ingenieros superiores e inferiores” desde el principio, crearon un título de Grado que sirviese de puente para el acceso al máster, y que además, fuese lo más exclusivo que les permite la ley para sus alumnos. Y es que, dado que nuestra legislación permite que cualquier titulado universitario español tenga acceso a los másteres, son las Universidades las que se encargan de elaborar los criterios de admisión y por tanto de priorizar, de forma algunas veces no muy justa, la inclusión de sus titulados frente a otros.
Aunque he de decir, que afortunadamente no son la mayoría, y por lo general se puede acceder al Máster de Ingeniero Industrial desde cualquier Grado en Ingeniería con atribuciones profesionales en igualdad de condiciones y en función de los méritos académicos. Pero también, en este último caso, los grandes damnificados son los Graduados en Tecnologías Industriales, ya que si finalmente no pueden acceder al máster, ven truncadas la mayoría de sus expectativas, ya que como hemos dicho antes, no se trata de una titulación finalista, sino solo de un medio para; por lo que también nuevamente estaríamos ante otra injusticia, generada por el único hecho de haber creado dicha titulación, que no era necesaria.
No obstante, y por más resistencia que se pueda poner desde todos los ámbitos, es evidente que al final acabará imponiéndose la razón, como así lo demuestran los últimos acontecimientos.
Los graduados en ingeniería y los ingenieros técnicos somos y hemos sido de facto los “ingenieros a secas” en Europa y en el resto del mundo, pero ahora, además, lo somos sobre el papel, así que ha llegado el momento de reivindicarnos como tales en nuestro país, y para ello serán muchas las iniciativas que tendremos que llevar a cabo. Habrá que comenzar por algo que a más de uno le puede resultar incómodo, hasta incluso descorazonador, como es la evolución de nuestro nombre sin incluir el término “técnico”, ese que nos ha acompañado durante tantos años y que de alguna forma ha definido nuestro perfil profesional como un ingeniero más pragmático y cercano, capaz de interaccionar de forma directa con la ejecución de los proyectos y sin complejos y con la máxima preparación para responsabilizarse de los mismos.
Recuerdo una anécdota que me comentó un buen amigo y compañero de Murcia, quien fue a visitar una industria. Al llegar, la secretaria avisó al gerente de la misma indicándole que estaba allí el señor ingeniero, a lo que mi amigo le espetó que no, que era ingeniero técnico. La secretaria, sintiendo que había metido la pata, le indicó a su jefe que, además de ingeniero, también era técnico, al tiempo que se disculpaba con mi amigo.
Este hecho ha sido una constante en la historia de la ingeniería técnica industrial, y todo ello ha quedado reflejado en el servicio que hemos realizado en la sociedad. Y es algo que no debe cambiar, pero la sociedad tiene que evolucionar y nosotros tenemos que ser unos de los impulsores, así que al igual que ocurrió en su día con la transición de perito a ingeniero técnico, ahora es el momento del cambio de ingeniero técnico a ingeniero.
Ingeniero mecánico, ingeniero eléctrico, ingeniero electrónico, ingeniero químico, ingeniero textil, etc. son los nombres de las profesiones de ingeniero en Europa y en el resto del mundo y como tal tendremos que denominarnos aquí, sin que ello signifique que tengamos que perder ni un ápice de nuestras señas de identidad, aunque sí signifique una evolución social de la ingeniería en su conjunto.
Esta transición hacia un único nivel en la profesión de Ingeniería, ha de venir acompañada de una verdadera adecuación al EEES de las titulaciones de Ingeniería y por supuesto de la evolución del ejercicio profesional hacia una habilitación individual realizada por los Colegios Profesionales basada en las capacidades, conocimientos y destrezas adquiridos a los largo de la vida, a través de la experiencia y la formación continua, algo que desde nuestro Consejo General y los Colegios, ya pusimos en marcha en 2013 con la Acreditación Profesional DPC (Desarrollo Profesional Continuo. www.acreditacioncogitidpc.es)
Pero es más, debemos tender hacia una organización profesional única que aglutine todas las ramas de la Ingeniería, como ocurre en la mayoría de países, y de esta forma además de conseguir ser más fuertes e influyentes, se fijarían unos criterios uniformes de habilitación profesional que permitiesen una competitividad sana entre los profesionales, y a su vez aumentasen la calidad y garantía de los servicios que prestamos a la sociedad.
Es el momento del diálogo entre las profesiones, y es el momento priorizar los intereses de la sociedad y los colegiados, frente a los corporativismos sesgados y rancios que desgraciadamente se siguen imponiendo. Así que desde aquí, apelo a la altura de miras y generosidad de todos los dirigentes de las corporaciones profesionales de la Ingeniería, para comenzar a trabajar en un proyecto de unión, que a buen seguro no estará exento de dificultades, pero que tendremos que superarlas con ilusión y con la certeza que el resultado nos hará mejorar a todos.
Y estas son las reflexiones que he querido compartir con todos ustedes, desde la humildad y con el máximo respeto a opiniones diferentes, pero a su vez, las hago desde la convicción, el espíritu constructivo y una óptica liberal (que no libertina), que son las que guían mis actuaciones y propuestas, con mayor o menor acierto.