Conclusiones del I Congreso Nacional de Profesiones organizado por Unión Profesional
En este blog podrás encontrar diversos artículos, entrevistas y otra información de interés que he ido publicando en relación a la Ingeniería y todo lo que ello conlleva, en mi condición de Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados en Ingeniería de la rama industrial e Ingenieros Técnicos Industriales de España (COGITI).
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domingo, 21 de enero de 2018
domingo, 19 de abril de 2015
Cada pyme industrial de España necesita un ingeniero para ser más competitiva
Entrevista publicada en la Nueva España (Abril 2015)
"Cada pyme industrial de España necesita un ingeniero para ser más competitiva".
"Apostamos por la autorregulación y las profesiones basadas en el aprendizaje permanente, sin intervención del Estado".
El murciano José Antonio Galdón dirige desde hace cuatro años el rumbo de la ingeniería técnica industrial en España. El pasado enero fue reelegido como presidente del Consejo General de Colegios de Ingenieros Técnicos Industriales de España (COGITI), institución que representa a los 50 instituciones profesionales y a los casi 90.000 Ingenieros Técnicos Industriales y Graduados en Ingeniería de la Rama Industrial de España. Esta semana estuvo en Gijón para abordar con estudiantes y profesionales los nuevos horizontes de la profesión.
-Nueva etapa al frente del Consejo. ¿Qué retos platean?
-Lo que pedimos, y así se lo hicimos saber durante la toma de posesión al Ministro de Industria, es que al menos tengamos un ingeniero por cada pyme (pequeña y mediana empresa) industrial en España. Un 99,6% de las firmas industriales de nuestro país son pymes de hasta 250 empleados y un 48% de ellas están entre uno y 10 trabajadores. El problema de estas empresas para su competitividad es que son muy pequeñas y no tienen acceso a la innovación y al desarrollo de productos. Lo que defendemos es que todo eso que les falta lo aporte un ingeniero, para facilitar el empleo de los nuevos titulados y para que no tengan que salir fuera, posibilitando a las empresas de aquí que puedan crecer.
-¿A cuántos ingenieros pretenden colocar en las pymes?
-La idea es alcanzar el objetivo de recuperación del 20% del PIB industrial para 2020 en la Unión Europea. Para eso necesitamos ayuda de la Administración para que esas pequeñas y medianas empresas puedan incorporar ingenieros. Si tenemos unas 293.000 empresas industriales, de las que el 48% son pymes estaríamos hablando de unas 150.000. Esas serían las susceptibles de incorporar ingenieros porque las grandes ya los tienen.
-Han subido del cuarto al segundo puesto de profesiones más demandadas de España.
-Un país que necesita ingenieros es un país que está creciendo. Estamos muycontentos pero no totalmente satisfechos. Hace falta generar más empleo y alcanzar ese objetivo del 20%. Los ingenieros técnicos industriales son profesionales altamente demandados a quienes, además de las empresas españolas, los contratan otras de fuera o las propias firmas españolas cuando realizan su implantación en el extranjero, por ejemplo, en energías renovables, un sector que aquí está muerto porque lo dinamitaron. Países que son referencia en el sector industrial como Alemania siguen demandando ingenieros.
-¿Por qué insisten sobre la acreditación profesionales?
-En España nunca se ha tenido en cuenta la formación que realizas más allá del título académico, solo se valora cuando sales fuera el hecho de tener un buen currículo para seguir prosperando profesionalmente. En España tenemos la enfermedad de la "titulitis" pero la experiencia y la formación continua son importantes.
-El gobierno acaba de dejar en suspenso la aprobación de la ley de servicios profesionales.
-Es la crónica de una muerte anunciada. Se hizo a contrapié, sin escuchar al sector. La liberalización de la ingeniería para ser más competitivos en Europa y en el ámbito mundial es positiva pero no estaba bien conseguida. Faltaban los servicios, solo se analizó la ley colegial. Con buen criterio político la han aparcado para no enfrentarse al sector con unas elecciones a la vista. Aunque en algún momento se pueda criticar la falta de decisión en eliminar las barreras en ingeniería, insistimos en que nos dejen autorregularnos y que se hagan profesiones basadas en el aprendizaje permanente. El mundo profesional ha demostrado el papel esencial de los colegios profesionales y el Estado no puede intervenir en nuestras funciones.
-¿Qué opina de la actual dualidad que existe en la ingeniería? ¿Por qué continúa?
-Es necesario eliminar barreras absurdas. Eso son corporativismos profesionales. Los cotos cerrados están creados para gente cómoda que no quiere prosperar. En determinados sectores sigue habiendo monopolio pero lo que genera una competitividad sana es que diferentes profesionales compitan con las mismas reglas de juego.
"Cada pyme industrial de España necesita un ingeniero para ser más competitiva".
"Apostamos por la autorregulación y las profesiones basadas en el aprendizaje permanente, sin intervención del Estado".
El murciano José Antonio Galdón dirige desde hace cuatro años el rumbo de la ingeniería técnica industrial en España. El pasado enero fue reelegido como presidente del Consejo General de Colegios de Ingenieros Técnicos Industriales de España (COGITI), institución que representa a los 50 instituciones profesionales y a los casi 90.000 Ingenieros Técnicos Industriales y Graduados en Ingeniería de la Rama Industrial de España. Esta semana estuvo en Gijón para abordar con estudiantes y profesionales los nuevos horizontes de la profesión.
-Nueva etapa al frente del Consejo. ¿Qué retos platean?
-Lo que pedimos, y así se lo hicimos saber durante la toma de posesión al Ministro de Industria, es que al menos tengamos un ingeniero por cada pyme (pequeña y mediana empresa) industrial en España. Un 99,6% de las firmas industriales de nuestro país son pymes de hasta 250 empleados y un 48% de ellas están entre uno y 10 trabajadores. El problema de estas empresas para su competitividad es que son muy pequeñas y no tienen acceso a la innovación y al desarrollo de productos. Lo que defendemos es que todo eso que les falta lo aporte un ingeniero, para facilitar el empleo de los nuevos titulados y para que no tengan que salir fuera, posibilitando a las empresas de aquí que puedan crecer.
-¿A cuántos ingenieros pretenden colocar en las pymes?
-La idea es alcanzar el objetivo de recuperación del 20% del PIB industrial para 2020 en la Unión Europea. Para eso necesitamos ayuda de la Administración para que esas pequeñas y medianas empresas puedan incorporar ingenieros. Si tenemos unas 293.000 empresas industriales, de las que el 48% son pymes estaríamos hablando de unas 150.000. Esas serían las susceptibles de incorporar ingenieros porque las grandes ya los tienen.
-Han subido del cuarto al segundo puesto de profesiones más demandadas de España.
-Un país que necesita ingenieros es un país que está creciendo. Estamos muycontentos pero no totalmente satisfechos. Hace falta generar más empleo y alcanzar ese objetivo del 20%. Los ingenieros técnicos industriales son profesionales altamente demandados a quienes, además de las empresas españolas, los contratan otras de fuera o las propias firmas españolas cuando realizan su implantación en el extranjero, por ejemplo, en energías renovables, un sector que aquí está muerto porque lo dinamitaron. Países que son referencia en el sector industrial como Alemania siguen demandando ingenieros.
-¿Por qué insisten sobre la acreditación profesionales?
-En España nunca se ha tenido en cuenta la formación que realizas más allá del título académico, solo se valora cuando sales fuera el hecho de tener un buen currículo para seguir prosperando profesionalmente. En España tenemos la enfermedad de la "titulitis" pero la experiencia y la formación continua son importantes.
-El gobierno acaba de dejar en suspenso la aprobación de la ley de servicios profesionales.
-Es la crónica de una muerte anunciada. Se hizo a contrapié, sin escuchar al sector. La liberalización de la ingeniería para ser más competitivos en Europa y en el ámbito mundial es positiva pero no estaba bien conseguida. Faltaban los servicios, solo se analizó la ley colegial. Con buen criterio político la han aparcado para no enfrentarse al sector con unas elecciones a la vista. Aunque en algún momento se pueda criticar la falta de decisión en eliminar las barreras en ingeniería, insistimos en que nos dejen autorregularnos y que se hagan profesiones basadas en el aprendizaje permanente. El mundo profesional ha demostrado el papel esencial de los colegios profesionales y el Estado no puede intervenir en nuestras funciones.
-¿Qué opina de la actual dualidad que existe en la ingeniería? ¿Por qué continúa?
-Es necesario eliminar barreras absurdas. Eso son corporativismos profesionales. Los cotos cerrados están creados para gente cómoda que no quiere prosperar. En determinados sectores sigue habiendo monopolio pero lo que genera una competitividad sana es que diferentes profesionales compitan con las mismas reglas de juego.
martes, 17 de febrero de 2015
Entrevista en Telemiño (Feb. 2015)
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lunes, 16 de febrero de 2015
Para que las empresas puedan innovar hacen falta ingenieros que les den esa capacidad
Entrevista publicada en La Región (Feb. 2015)
José Antonio Galdón Ruiz es el presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial y acaba de estar en Ourense participando en el Congreso Internacional de Ingeniería de Seguridad Contraincendios. Galdón es un firme defensor de la profesión a la que representa y a la que considera vital en un proceso de reactivación industrial tras la crisis. Los ingenieros pasaron de ser la cuarta profesión más demandada por las empresas a ser la segunda y con un paro que no llega al 10%.
¿Cuál es el momento actual de la profesión de ingeniero técnico industrial?
Estamos en un nuevo impulso después de haber vivido unos años malos y después de haber vivido un esfuerzo de readaptación con muchos compañeros nuestros trabajando en el sector de la construcción. Hemos sufrido esa crisis al igual que todos los profesionales de ese sector, aunque en nuestro ámbito profesional, al tener otras salidas profesionales, nos hemos ido readaptando hacia otros sectores. Nuestro paro es del 8 o 9 %, muy lejos del general. Incluso dentro del paro juvenil somos una excepción ya que los jóvenes ingenieros tienen poco paro, aunque las posibilidades de trabajo no todas están en España.
Pese al contexto de crisis, parece que los ingenieros han sido de las profesiones que mejor ha sorteado esa situación.
No cabe duda, porque nos hemos sabido adaptar a la nueva situación. En estos momentos la sociedad necesita cuantos más ingenieros, mejor. Hemos pasado de ser la cuarta profesión más demandada a ser la segunda y para mí ese es un indicador de que algo comienza a cambiar en España y que algo empieza a funcionar. ¿Por qué? Porque se están reactivando sectores muy importantes para la economía como es la industria. De todas las ofertas de trabajo que hay para ingenieros, el 70% son para las industrias y es uno de nuestros retos conseguir que se reactive ese sector porque hemos perdido desde el año 75 en el que teníamos un 40% de peso del tejido industrial dentro del PIB a tener en la actualidad casi un 14%. Estamos hablando de que en Europa se ha marcado una estrategia de conseguir el 20% de peso industrial de cada país y eso significa que tenemos que aumentar nuestro producto interior bruto industrial un 50%. Creo que estamos en el buen camino porque la industria española es competitiva. Por ejemplo, la industria automovilística española es de las más competitivas a nivel mundial, de ahí que estemos muy bien posicionados. En España tenemos todos los ingredientes para ser una potencia mundial porque tenemos infraestructuras magníficas, tenemos magníficos profesionales, se ha posibilitado que las medidas de empleo nos lleven por el camino de la competitividad y ahora lo que hay que hacer es facilitar la innovación y que los ingenieros monten también sus propias empresas, tengan capacidad de emprender.
Pero el que esté como segunda profesión más demandada obedecerá a algo más que a la adaptación del profesional. Por ejemplo, ¿a los cambios en los procesos industriales?
Obedece más a esto último. Nos hemos adaptado, pero las empresas están necesitando un plus de innovación, de competitividad, de internacionalización, de calidad. Para todos esos procesos se necesita un ingeniero, lo que ocurre es que en España hay industrias muy pequeñas, la mayoría de menos de diez trabajadores y así es muy difícil que sean competitivas, pero ese tejido industrial es importante y lo que sí es cierto es que para que se introduzca esa capacidad de innovar en las empresas y aumentar la producción, hacen falta ingenieros. Haremos una campaña para decir algo así como “pon un ingeniero en tu empresa”, para meter en esa industria esa capacidad de innovación, de calidad, internacionalización, etc.
¿Por qué la España industrial es una España de pequeñas empresas?
Es algo tradicional, que procede de industrias familiares en muchas ocasiones. También es cierto que eso hace que muchas empresas no sean competitivas y se pierden por el camino, aunque vuelvan a comenzar de nuevo. Y como no se puede volver a comenzar con una gran empresa, siempre hay ciclos que hay que cumplir. Creo que toda aquella empresa que queda estancada porque no introduce innovación se acaba estancando y no logra crecer.
¿Palpan los ingenieros la recuperación de la que se habla?
A nivel general creo que sí la hay porque si se piden más ingenieros es síntoma de que empieza esto a moverse y que esta es la senda. Influye mucho también el creérselo. Es más la ilusión que genera la sensación de que hay más trabajo y eso afecta también a nuestra perspectiva. Si nosotros salimos y vemos el sol, decimos que hace buen día. Pues en la economía pasa algo parecido porque no es lo mismo ver el telediario diciendo que la prima de riesgo está en 600 puntos que ver que está a cien, que aumenta el consumo, etcétera. Creo que tenemos todos los ingredientes para empezar a crecer.
¿Pero llega todo eso a la economía de mostrador?
Eso ya es un poco más discutible. Lo que sí es cierto es que cada persona que abandona el paro eso ya es una alegría, pero sigue habiendo casi cinco millones de personas que no tienen esa posibilidad y que no encuentran trabajo aunque quisieran. Para que se note en la economía familiar habrán de pasar más cosas.
Los ingenieros españoles son demandados en otros países. Eso es bueno, por su cualificación, pero malo porque aquí no hay oportunidades.
En España ahora mismo no hay todas las oportunidades profesionales que necesitamos. Estamos en el contexto de la Unión Europea con mercado único también en lo laboral, por lo tanto no se tiene que ver como una huida o salida de los profesionales. Yo le recomiendo a cualquier ingeniero joven que si no tiene trabajo aquí, antes de hacer otro trabajo que no es el suyo, que salga fuera porque hay muchas oportunidades, además de aprender un idioma, de crecer profesionalmente, de ver otra cultura, también vas a países donde puedes aprender muchísimo. Nosotros tenemos un plan de movilidad internacional y todos aquellos que se inscriben en el plan le ofrecemos un plan de retorno, que consiste en mantenerles informados en todas aquellas posibilidades que vayan surgiendo en España. Es cierto que como en España no se vive en ningún sitio y las veces que hemos salido hemos escuchado a nuestros colegas que están en otros países nos dicen que no quieren echar raíces allí.
Las ingenierías son propicias para el trabajo autónomo y para el emprendimiento. ¿Lo detecta en el colectivo?.
Cuesta un poco pero sí que hay emprendimiento. No es fácil porque hay que hacer muchos intentos antes de acertar. Nosotros estamos impulsando el emprendimiento desde los colegios y desde el consejo general con premios al emprendimiento a través de la Fundación Técnica Industrial. Necesitamos trabajar mucho las patentes, que estamos a la cola en España.
¿Qué opina de la polémica sobre los grados universitarios y los másteres, con la famosa fórmula tres más dos?
El problema fundamental es que debería haber una política de Estado en educación que dé estabilidad si queremos llegar a los indicadores de los países que son punteros en educación. No podemos actuar con estos vaivenes, que si ahora hay un real decreto que son los grados de cuatro y sin haber terminado y sin haber comprobado si esos grados de cuatro años funcionan o no ya digan que se van a pasar a tres, que cada partido utilice un argumento diferente... Todo eso es confuso. En España el bachillerato acaba con 18 años y en la mayoría de países, con 19 y por eso tienen grados de tres años, de ahí que salgan con titulación universitaria con 22 años. No se pueden hacer las reformas de forma aislada, debería ser integral y a través de un pacto de Estado para dar estabilidad. Todo este tipo de vaivenes no benefician a nadie porque se genera confusión a todos los niveles.
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sábado, 10 de agosto de 2013
No se nos ha escuchado para la reforma de la ley de colegios profesionales
Entrevista publicada en la Nueva España (Agosto 2013)
«El anteproyecto fomenta el intrusismo y la competencia desleal y disminuye las garantías de los servicios»
Gijón, 9 de agosto de 2013.-«Encantado», José Antonio Galdón, Presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial, acude un año más a Gijón en ocasión de la Feria Internacional de Muestras de Asturias, donde los ingenieros técnicos industriales tienen su espacio. El presidente del órgano que aglutina a todos los colegios de estos profesionales de España visita con asiduidad el de Asturias. «Ésta es casi mi segunda casa», asegura el murciano. Ahora, el trabajo del Consejo General que preside se centra en coordinar una respuesta al anteproyecto de la reforma de la ley de colegios y servicios profesionales redactado por el Ejecutivo nacional, que ha sembrado la discordia entre los diferentes sectores colegiados en pleno mes de agosto.
-El anteproyecto de la nueva ley de colegios y servicios profesionales ha encontrado el rechazo en multitud de sectores. ¿Cómo la han acogido?
-Esperábamos más. Lo voy a mirar desde un punto de vista optimista, pensando que es un anteproyecto que ha salido de una forma un tanto precipitada, no muy consensuada con los colegios profesionales, a los que no se nos ha escuchado. Esperemos que subsanen todas las dudas que plantea y que realmente sirva para lo que tenían previsto. Nosotros siempre hemos apostado por una norma que fomentase la competitividad de los profesionales, la mejora de los servicios de cara al ciudadano y por supuesto que genere incentivos económicos. De estos preceptos, ninguno de ellos se cumplen con el anteproyecto.
-¿Rechaza de plano el texto?
-Tiene más sombras que luces. Entiendo que cuando se nos dé participación se irán puliendo todos esos errores que contempla. Hay cuestiones de fondo que denotan que realmente no se ha estudiado y valorado bien todo el anteproyecto.
-Pero, además del contenido, han levantado ampollas las formas de su aprobación.
-En el trámite del anteproyecto no se nos ha escuchado. Ahora se nos ha dado un plazo de audiencia y tenemos hasta el 16 de septiembre para presentar alegaciones. Cuando se va a legislar sobre algo en concreto siempre habría que preguntarle a ese algo en concreto, porque somos los que conocemos y podemos aportar ideas. Siempre estaremos a favor de una legislación que fomente la competitividad entre profesionales, la mejora de servicios ciudadanos y produzca incentivos económicos. Pero esta legislación, lejos de eso, consigue el intrusismo profesional, no fomenta la competitividad sino la competencia desleal entre profesionales, y va a disminuir las garantías y calidad de servicios al ciudadano. Y dice que se va a fomentar cerca de 7.000 millones de euros gracias a esta legislación, pero no entiendo la base.
-Otra cuestión es quién controlará a los profesionales.
-Una función que veníamos desarrollando los colegios. Tendría que pasar ahora a la administración si la quiere seguir realizando, porque en el momento que se elimina la colegiación para determinados ejercicios se está perdiendo calidad y seguridad. Vigilábamos que cualquier profesional tenía que estar dado de alta en el IAE, en Autónomos, tener un seguro de responsabilidad civil... Con ese borrador no se pide o no se sabe quién lo va a vigilar. Entendemos que la administración, pero no está demasiado claro.
-¿Supondría una clara pérdida de peso de los colegios?
-Cada colegio está donde se merece. En nuestro caso, estoy tremendamente orgulloso de las funciones y actuaciones de los colegios. Y la sociedad y los colegiados claramente lo ven. Creo que ninguna ley de ningún gobierno podrá acabar con los colegios profesionales tal y como están concebidos, siempre y cuando se desarrollen las funciones que tenemos encomendadas, y muchísimas más que también hacemos. Por eso estoy muy tranquilo por el futuro de los colegios. He visto cómo esta volcado el colectivo con los colegios y eso no tiene rival. Salga la ley que salga seguiremos trabajando por los colegiados y la sociedad. Como ocurre en el resto de países europeos, porque hablan mucho de que todo viene de Bruselas pero no sé si han cruzado o no el Pirineo cuando hacen este tipo de legislación. Comparado con otros sitios aquí en España se produce un intervencionismo de la administración en los colegios inédita.
-¿Intervencionismo?
-En España se sigue manteniendo que para ejercer una profesión únicamente te vale el título universitario. Sin embargo en el resto de países el que otorga la potestad para poder ejercer son las propias asociaciones profesionales. Y hablamos de Estados Unidos y de Europa. Las asociaciones capacitan en base a parámetros de estudios universitarios, formación continua... Una serie de cuestiones que la nueva ley toca pero no las define. Dice que hay que tener una formación continua de forma obligatoria, algo que ya tenemos nosotros. Pero entendemos que los que tenemos que habilitar para una profesión somos los propios colegios.
-¿Cómo marcha la implantación del nuevo sistema de acreditación profesional de ingenieros técnicos que certifica su formación continua y experiencia?
-Va como esperábamos. Vamos a firmar, por ejemplo, con los ingenieros irlandeses un acuerdo para el reconocimiento mutuo de las acreditaciones profesionales. Por supuesto está siendo un éxito para la movilidad internacional de nuestros colegiados porque desgraciadamente tienen que salir fuera para trabajar. La propia ley de colegios contempla las acreditaciones. No sé si inspirándose en nosotros, pero ya lo estábamos haciendo sin necesidad de ninguna ley que lo diga. Nosotros, desde los colegios, seguiremos trabajando con lo mismo, haya el gobierno que haya.
-¿Entonces era necesario reformar la ley?
-Sí. Entiendo que había que renovarla. Pero, sobre todo, en el sentido de la parte que no han tocado, y que espero que cambien. Que eliminen ciertas barreras absurdas en la legislación. No es posible que un ingeniero técnico industrial pueda firmar la vivienda del guarda de una industria o puede firmar un edificio de veinte oficinas si está dentro de un recinto industrial, y, sin embargo, si lo hacen en la parcela de al lado o en otro sitio ya no puede firmar el proyecto. Esas barreras, inconcebibles en otras partes del mundo, queremos que se eliminen, porque así aumentan la competitividad. Esta parte de la ley, la de servicios profesionales, no la han tocado casi porque hay presiones de determinados colectivos para que no se lleve a cabo. Y ahí entendemos que el gobierno debe ser valiente y arriesgar.
miércoles, 27 de febrero de 2013
El desarrollo económico basado en la construcción se ha demostrado ficticio
Entrevista publicada en diario de Navarra (Feb. 2013)
"El desarrollo económico basado en la construcción se ha demostrado ficticio"
Pamplona, 27/02/2013.- José Antonio Galdón Ruiz (Barcelona, 1975), presidente de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI), accedió al cargo cuando tenía 36 años, precocidad que también demostró cuando se convirtió en decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Murcia con sólo 30 años. Recientemente visitó la sede del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales en Pamplona para presentar un sistema de acreditación profesional que certifica la experiencia y la formación continua de los colegiados, una herramienta que también servirá para mejorar su empleabilidad en el extranjero.
-¿No es un derroche formar ingenieros en España y que se vayan a trabajar a Alemania?
Es cierto, parece que Alemania nos manda aquí a sus jubilados y se llevan para allí a nuestros jóvenes mejor formados. Pero partimos de la base de que para el correcto desarrollo de un ingeniero es preferible que trabaje en su profesión, aunque sea en otro país, a que se quede en España en el paro o empleado en otro puesto de trabajo que no esté relacionada con su formación.
Es cierto, parece que Alemania nos manda aquí a sus jubilados y se llevan para allí a nuestros jóvenes mejor formados. Pero partimos de la base de que para el correcto desarrollo de un ingeniero es preferible que trabaje en su profesión, aunque sea en otro país, a que se quede en España en el paro o empleado en otro puesto de trabajo que no esté relacionada con su formación.
-¿La acreditación es una especie de pasaporte para trabajar en el extranjero?
El sistema de acreditación profesional continuo se está implantando en todas las profesiones. Los colegios de ingenieros técnicos estamos más avanzados en este proceso que otros colectivos. No se trata de un pasaporte para salir al exterior, sino que es un sistema para certificar la experiencia y la formación continua de cada uno de los colegiados. Este sistema viene utilizándose en el mundo anglosajón desde hace muchos años e incluso se exige para trabajar en esos países.
El sistema de acreditación profesional continuo se está implantando en todas las profesiones. Los colegios de ingenieros técnicos estamos más avanzados en este proceso que otros colectivos. No se trata de un pasaporte para salir al exterior, sino que es un sistema para certificar la experiencia y la formación continua de cada uno de los colegiados. Este sistema viene utilizándose en el mundo anglosajón desde hace muchos años e incluso se exige para trabajar en esos países.
-Luego también es una herramienta para ir a trabajar al extranjero.
Así es. Hemos firmado un acuerdo con el ZAV, el servicio federal de empleo alemán. Ellos creen en este sistema porque les estamos dando una garantía más de calidad a todos los ingenieros que van allí. Aparte, también les servimos como filtro. Con Austria también hemos firmado. En nuestra página web habrá unas 600 ofertas de empleo.
Así es. Hemos firmado un acuerdo con el ZAV, el servicio federal de empleo alemán. Ellos creen en este sistema porque les estamos dando una garantía más de calidad a todos los ingenieros que van allí. Aparte, también les servimos como filtro. Con Austria también hemos firmado. En nuestra página web habrá unas 600 ofertas de empleo.
-¿Qué coste tiene?
Los colegiados no están obligados a apuntarse al Sistema de Acreditación Profesional DPC Ingenieros. Para los jóvenes es gratuito y los desempleados lo pueden obtener al 50% de su precio. La acreditación más cara, la de expertise, vale 150 euros y la más barata (junior) son 20 euros.
Los colegiados no están obligados a apuntarse al Sistema de Acreditación Profesional DPC Ingenieros. Para los jóvenes es gratuito y los desempleados lo pueden obtener al 50% de su precio. La acreditación más cara, la de expertise, vale 150 euros y la más barata (junior) son 20 euros.
-¿No necesitamos ingenieros en España para desarrollar un tejido productivo exportador?
Nosotros somos los primeros que estamos defendiendo la reindustrialización de nuestro país, que apostamos para que vengan inversiones. Disponemos de unas infraestructuras magníficas y unos profesionales preparadísimos. Este es un país competitivo en cuanto a salarios. De hecho, ahora están reinvirtiendo en nuestro país muchísimas empresas automovilísticas.
Nosotros somos los primeros que estamos defendiendo la reindustrialización de nuestro país, que apostamos para que vengan inversiones. Disponemos de unas infraestructuras magníficas y unos profesionales preparadísimos. Este es un país competitivo en cuanto a salarios. De hecho, ahora están reinvirtiendo en nuestro país muchísimas empresas automovilísticas.
-Si tenemos todo lo necesario, ¿dónde está el problema para despegar económicamente?
El problema más importante es la falta de inversiones. La inestabilidad económica del país no lo hace atractivo para las inversiones y los bancos no se animan a prestar dinero. Además, nuestra industria ha estado muy centrada en las necesidades interiores ligadas al sector de la construcción. Había regiones en las que el 50% del sector industrial se dedicaba a producir para la construcción. Y ahora que es imprescindible exportar para sobrevivir, ¿qué hacemos? Quizá nuestras empresas no han sabido abrirse a un mercado internacional porque no lo necesitaban.
Ahora nos damos cuenta que nuestras compañías tienen que salir y que hay unas oportunidades impresionantes ahí fuera. Creo firmemente en que somos competitivos y que podemos fabricar productos de calidad, pero actualmente se une la incertidumbre del crédito con la situación económica general. No obstante, soy optimista y estoy convencido que podremos darle la vuelta a la situación.
El problema más importante es la falta de inversiones. La inestabilidad económica del país no lo hace atractivo para las inversiones y los bancos no se animan a prestar dinero. Además, nuestra industria ha estado muy centrada en las necesidades interiores ligadas al sector de la construcción. Había regiones en las que el 50% del sector industrial se dedicaba a producir para la construcción. Y ahora que es imprescindible exportar para sobrevivir, ¿qué hacemos? Quizá nuestras empresas no han sabido abrirse a un mercado internacional porque no lo necesitaban.
Ahora nos damos cuenta que nuestras compañías tienen que salir y que hay unas oportunidades impresionantes ahí fuera. Creo firmemente en que somos competitivos y que podemos fabricar productos de calidad, pero actualmente se une la incertidumbre del crédito con la situación económica general. No obstante, soy optimista y estoy convencido que podremos darle la vuelta a la situación.
-¿Hemos aprendido algo del error de la burbuja inmobiliaria?
Todo el desarrollo económico que vivimos ligado a la construcción fue ficticio. Los índices de actividad industrial subían en aquella época de forma artificial. Desarrollar ese tipo de industria era mucho más fácil. Ponerse a fabricar puertas y ventanas era un camino muy sencillo porque ya sabías que tenías la producción vendida de antemano. Encima lo hacías sin necesidad de salir al exterior, que es mucho más complicado y nos asusta un poco.
Todo el desarrollo económico que vivimos ligado a la construcción fue ficticio. Los índices de actividad industrial subían en aquella época de forma artificial. Desarrollar ese tipo de industria era mucho más fácil. Ponerse a fabricar puertas y ventanas era un camino muy sencillo porque ya sabías que tenías la producción vendida de antemano. Encima lo hacías sin necesidad de salir al exterior, que es mucho más complicado y nos asusta un poco.
-¿Cuánto tiempo va a costar crear un tejido industrial para dar trabajo a seis millones de parados?
La recuperación no va a ser inmediata, sino progresiva. La gente tiene que ser consciente de ello, pero, al mismo tiempo, hay que ser optimistas para que vuelva el consumo. En la medida en que la gente consuma más, esa demanda requiere producción e industria. Aunque en España hay que reconocer la importancia del turismo o la agricultura, lo cierto es que la industria había quedado abandonada por la pujanza del sector de la construcción, que desvió el rumbo económico del país y ahora hay que enderezarlo. Un sector industrial potente da estabilidad a una nación y eso es precisamente lo que necesitamos. De esta crisis vamos a aprender todos muchísimo.
La recuperación no va a ser inmediata, sino progresiva. La gente tiene que ser consciente de ello, pero, al mismo tiempo, hay que ser optimistas para que vuelva el consumo. En la medida en que la gente consuma más, esa demanda requiere producción e industria. Aunque en España hay que reconocer la importancia del turismo o la agricultura, lo cierto es que la industria había quedado abandonada por la pujanza del sector de la construcción, que desvió el rumbo económico del país y ahora hay que enderezarlo. Un sector industrial potente da estabilidad a una nación y eso es precisamente lo que necesitamos. De esta crisis vamos a aprender todos muchísimo.
-¿Podremos llegar al nivel de Alemania?
Costará, pero podemos lograrlo.
Costará, pero podemos lograrlo.
-Cambiando de tema, ¿qué opinión tiene el COGITI de la liberalización de los servicios profesionales?
Los arquitectos no están muy contentos. La futura ley de servicios profesionales tiende a eliminar determinadas barreras que no tenían sentido. Un ingeniero técnico industrial puede proyectar, por ejemplo, una nave industrial de 100.000 metros de superficie con tres plantas, dos sótanos y con tres puentes grúa y, luego, no puede hacer una nave de 50 metros cuadrados de uso agrícola. Las atribuciones profesionales se basaban en los usos y no en la complejidad técnica. En ese sentido, es un acierto que se eliminen barreras basadas en el uso y no en los principios técnicos.
Los arquitectos no están muy contentos. La futura ley de servicios profesionales tiende a eliminar determinadas barreras que no tenían sentido. Un ingeniero técnico industrial puede proyectar, por ejemplo, una nave industrial de 100.000 metros de superficie con tres plantas, dos sótanos y con tres puentes grúa y, luego, no puede hacer una nave de 50 metros cuadrados de uso agrícola. Las atribuciones profesionales se basaban en los usos y no en la complejidad técnica. En ese sentido, es un acierto que se eliminen barreras basadas en el uso y no en los principios técnicos.
-Pero si los ingenieros pueden hacer el trabajo de los arquitectos, ¿para qué enseñar esa disciplina en las universidades?
Un arquitecto siempre tendrá una formación más específica en edificación o en vivienda y un ingeniero también en edificación además de otros temas. Lo que no se puede pretender es hacer compartimentos estancos. Un arquitecto sabrá hacer otras cosas, no sólo edificios. Hoy en día lo que hay que hacer es competir y permitirle a la sociedad que elija el profesional que considere oportuno. Habrá ingenieros que quieran especializarse en edificación y competirán con un arquitecto, ¿por qué no? El mercado pedirá siempre lo mejor y eso no se puede conseguir si, independientemente de si eres bueno o malo en lo tuyo, tienes asegurada una parcela por el mero hecho de obtener una titulación.
Un arquitecto siempre tendrá una formación más específica en edificación o en vivienda y un ingeniero también en edificación además de otros temas. Lo que no se puede pretender es hacer compartimentos estancos. Un arquitecto sabrá hacer otras cosas, no sólo edificios. Hoy en día lo que hay que hacer es competir y permitirle a la sociedad que elija el profesional que considere oportuno. Habrá ingenieros que quieran especializarse en edificación y competirán con un arquitecto, ¿por qué no? El mercado pedirá siempre lo mejor y eso no se puede conseguir si, independientemente de si eres bueno o malo en lo tuyo, tienes asegurada una parcela por el mero hecho de obtener una titulación.
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miércoles, 5 de diciembre de 2012
Entrevista en Telemiño (Dic. 2012)
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