viernes, 21 de agosto de 2015

Ingeniero europeo y mundial (Publicado en CincoDias 21-08-2015)

Artículo de opinión publicado en CincoDias (21 Agos. 2015)

El BOE de 12 de agosto publicó los acuerdos que el Consejo de Ministros aprobó el pasado 10 de julio, a propuesta del Ministerio de Educación referentes a la correspondencia de los títulos de Ingeniería Técnica Industrial con los niveles académico y profesional, MECES 2 y EQF 6 (marco español de cualificación para la educación superior-primer ciclo). Este hecho viene a poner fin a una situación de indefinición que los titulados pre-Bolonia venían arrastrando desde el año 2007, y además supone un paso importantísimo para terminar con el arcaico e insólito sistema de los dos niveles profesionales de ingeniería en España.
Los graduados en ingeniería y los ingenieros técnicos, somos y hemos sido de facto los ingenieros a secas en Europa y en el resto del mundo, pero ahora además lo somos sobre el papel, así que ha llegado el momento de reivindicarnos como tales en nuestro país, y para ello serán muchas las iniciativas que tendremos que llevar a cabo.
Habrá que comenzar por algo que a más de uno le puede resultar incómodo hasta incluso descorazonador, como es la evolución de nuestro nombre sin incluir el término técnico, ese que nos ha acompañado durante tantos años y que de alguna forma ha definido nuestro perfil profesional como un ingeniero más pragmático y cercano, capaz de interaccionar de forma directa con la ejecución de los proyectos y sin complejos y con la máxima preparación para responsabilizarse de los mismos.
Recuerdo una anécdota que me comentó un buen amigo y compañero de Murcia, el cual cuando fue a visitar una industria, la secretaria avisó al gerente de la misma indicándole que estaba allí el señor ingeniero, a lo que mi amigo le espetó que no, que era ingeniero técnico, y la secretaria sintiendo que había metido la pata, le indicó a su jefe que además de ingeniero era también técnico, al tiempo que se disculpaba con mi amigo.
Este hecho, ha sido una constante en la historia de la ingeniería técnica industrial, y todo ello ha quedado reflejado en el servicio que hemos realizado en la sociedad, y ello es algo que no debe cambiar, pero la sociedad tiene que evolucionar y nosotros tenemos que ser unos de los impulsores, así que al igual que ocurrió en su día con la transición de perito a ingeniero técnico, ahora es el momento del cambio de ingeniero técnico a ingeniero.
Ingeniero mecánico, ingeniero eléctrico, ingeniero electrónico, ingeniero químico, ingeniero textil…, son los nombres de las profesiones de ingeniero en Europa y en el resto del mundo y como tal tendremos que denominarnos aquí, sin que ello signifique que tengamos que perder ni un ápice de nuestras señas de identidad, aunque sí una evolución social de la ingeniería en su conjunto.
La sociedad ya nos identifica como ingenieros, pero la legislación en materia profesional de nuestro país sigue sin modernizarse, manteniendo dos niveles profesionales y otorgando atribuciones con decretos del año 1935 y sin tener en cuenta ni la recertificación de conocimientos ni el aprendizaje permanente a lo largo de la vida, algo que va en contra de la correcta evolución de los profesionales. ¿Cómo es posible que las atribuciones profesionales sean similares durante toda la vida profesional? y ¿cómo es posible que se pueda seguir ejerciendo la profesión tras un largo periodo sin ejercerla?
Yo no dejaría que me operase un cirujano que lleva 30 años sin operar, como tampoco elegiría a un cirujano recién titulado para llevar a cabo una delicada operación a corazón abierto, y creo que estas son situaciones en las que prácticamente todos estaremos de acuerdo por la lógica de las mismas.
Pues bien, el desarrollo profesional continuo es una máxima para el ejercicio de las profesiones en el ámbito mundial, como también lo es la habilitación profesional por parte de los colegios o asociaciones profesionales, donde en función de la experiencia y la formación continua, cualquiera puede evolucionar y crecer profesionalmente, trasladando a su vez, mayores garantías y seguridad a la sociedad.
El título académico transmite al poseedor del mismo una serie de competencias (conocimientos), pero estas se irán incrementando a lo largo de la vida profesional y por tanto las atribuciones profesionales deben ir acompasadas con las mismas, lo que realmente generará una competitividad profesional y será a su vez un incentivo para la evolución de los profesionales.
Y dicho todo lo anterior, nadie niega la evidencia que entre dos recién titulados uno con titulación de grado, y otro con titulación de grado+máster, será este último quien a priori tenga más competencias, aunque ello no es óbice para que este hecho sea similar durante toda la vida profesional de ambos, y para ello se creó el marco europeo de cualificaciones para el aprendizaje permanente (European Qualification Framework), donde se definen niveles profesionales no solo por titulación académica sino por las competencias, destrezas y conocimientos adquiridos a lo largo de la vida.
Ello indica que el título académico es importante, pero no lo es todo en la vida profesional, y como tal tendremos que evolucionar como país y dejar a un lado la titulitis como único elemento para la identificación profesional, porque ni todos los que tienen el mismo título son iguales profesionalmente, ni todos los que tienen mayor titulación tienen por qué tener necesariamente más cualificaciones profesionales.
Señoras y señores, ha comenzado un gran cambio en el modelo profesional y ya no hay vuelta atrás, y por más que haya quien pretenda continuar anclado en privilegios y cotos cerrados totalmente anticompetitivos, la evolución llegará y nosotros seguiremos trabajando para ello.

viernes, 14 de agosto de 2015

El Ministerio de Educación aprueba el reconocimiento de los Ingenieros Técnicos como Ingenieros mundiales

Ingeniero español, europeo y mundial

El BOE de 12 de Agosto publicó los acuerdos que el Consejo de Ministros aprobó el pasado 10 de Julio, a propuesta del Ministerio de Educación referentes a la correspondencia de los títulos de Ingeniería Técnica Industrial con los niveles académico y profesional, MECES 2 y EQF 6. Este hecho viene a poner fin a una situación de indefinición que los titulados pre-Bolonia venían arrastrando desde el año 2007, y además supone un paso importantísimo para terminar con el arcaico e insólito sistema de los dos niveles profesionales de Ingeniería en España.

Los Graduados en Ingeniería y los Ingenieros Técnicos, somos y hemos sido de facto los “Ingenieros a secas” en Europa y en el resto del mundo, pero ahora además lo somos sobre el papel, así que ha llegado el momento de reivindicarnos como tales en nuestro País, y para ello serán muchas las iniciativas que tendremos que llevar a cabo.

Habrá que comenzar por algo que a mas de uno le puede resultar incómodo hasta incluso descorazonador, como es la evolución de nuestro nombre sin incluir el término “Técnico”, ese que nos ha acompañado durante tantos años y que de alguna forma ha definido nuestro perfil profesional como un Ingeniero mas pragmático y cercano, capaz de interaccionar de forma directa con la ejecución de los proyectos y sin complejos y con la máxima preparación para responsabilizarse de los mismos.

Recuerdo una anécdota que me comentó un buen amigo y compañero de Murcia, el cual cuando fue a visitar una Industria, la secretaria avisó al gerente de la misma indicándole que estaba allí el Sr. Ingeniero, a lo que mi amigo le espetó que no, que era Ingeniero Técnico, y la secretaria sintiendo que había metido la pata, le indicó a su jefe que además de Ingeniero era también Técnico, al tiempo que se disculpaba con mi amigo.

Este hecho, ha sido una constante en la historia de la Ingeniería Técnica Industrial, y todo ello ha quedado reflejado en el servicio que hemos realizado en la sociedad, y ello es algo que no debe cambiar, pero la sociedad tiene que evolucionar y nosotros tenemos que ser unos de los impulsores, así que al igual que ocurrió en su día con la transición de perito a Ingeniero Técnico, ahora es el momento del cambio de Ingeniero Técnico a Ingeniero.

Ingeniero Mecánico, Ingeniero Eléctrico, Ingeniero Electrónico, Ingeniero Químico, Ingeniero Textil,…, son los nombres de las profesiones de Ingeniero en Europa y en el resto del mundo y como tal tendremos que denominarnos aquí, sin que ello signifique que tengamos que perder ni un ápice de nuestras señas de identidad, aunque sí una evolución social de la Ingeniería en su conjunto.

La sociedad ya nos identifica como Ingenieros, pero la legislación en materia profesional de nuestro país sigue sin modernizarse, manteniendo dos niveles profesionales y otorgando atribuciones con decretos del año 1935 y sin tener en cuenta ni la recertificación de conocimientos ni el aprendizaje permanente a lo largo de la vida, algo que va en contra de la correcta evolución de los profesionales. ¿Cómo es posible que las atribuciones profesionales sean similares durante toda la vida profesional? y ¿cómo es posible que se pueda seguir ejerciendo la profesión tras un largo periodo sin ejercerla?

Yo no dejaría que me operase un cirujano que lleva 30 años sin operar, como tampoco elegiría a un cirujano recién titulado para llevar a cabo una delicada operación a corazón abierto, y creo que éstas son situaciones en las que prácticamente todos estaremos de acuerdo por la lógica de las mismas.

Pues bien, el desarrollo profesional continuo es una máxima para el ejercicio de las profesiones en el ámbito mundial, como también lo es la habilitación profesional por parte de los Colegios o Asociaciones Profesionales, donde en función de la experiencia y la formación continua cualquiera puede evolucionar y crecer profesionalmente, trasladando a su vez, mayores garantías y seguridad a la sociedad.

El título académico transmite al poseedor del mismo una serie de competencias (conocimientos), pero éstas se irán incrementando a lo largo de la vida profesional y por tanto las atribuciones profesionales deben ir acompasadas con las mismas, lo que realmente generará una competitividad profesional y será a su vez un incentivo para la evolución de los profesionales.

Y dicho todo lo anterior, nadie niega la evidencia que entre dos recién titulados uno con titulación de Grado, y otro con titulación de Grado+Máster, será este último quien a priori tenga más competencias, aunque ello no es óbice para que este hecho sea similar durante toda la vida profesional de ambos, y para ello se creó el Marco Europeo de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente (European Qualification Framework), donde se definen niveles profesionales no solo por titulación académica sino por las competencias, destrezas y conocimientos adquiridos a lo largo de la vida.

Ello indica que el título académico es importante, pero no lo es todo en la vida profesional, y como tal tendremos que evolucionar como país y dejar a un lado la “titulosis” como único elemento para la identificación profesional, porque ni todos los que tienen el mismo título son iguales profesionalmente, ni todos los que tienen mayor titulación tienen por que tener necesariamente mas cualificaciones profesionales.

Sras y Sres, ha comenzado un gran cambio en el modelo profesional y ya no hay vuelta atrás, y por más que haya quien pretenda continuar anclado en privilegios y cotos cerrados totalmente anticompetitivos, la evolución llegará y nosotros seguiremos trabajando para ello.

Jose Antonio Galdón Ruiz
Presidente del Consejo General de Colegios de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales.  



lunes, 27 de julio de 2015

El título académico puede no identificarte profesionalmente


Entrevista publicada en Universia (Julio 2015)

- ¿Qué son las atribuciones profesionales?
Las atribuciones profesionales son la capacidad legal para el ejercicio de una profesión regulada en España, es decir, la habilitación para ejercer una determinada profesión. Estas atribuciones profesionales pueden ser exclusivas para una profesión o bien pueden ser compartidas por varias profesiones.

En nuestro caso, la profesión regulada de Ingeniero Técnico Industrial tiene unas atribuciones profesionales que tienen otorgadas por la Ley 12/86, donde se indican que tienen la capacidad legal para la redacción y firma de proyectos de construcción, reforma, reparación, conservación, demolición, fabricación, instalación, montaje o explotación de bienes muebles o inmuebles, las direcciones de obra de los proyectos, la realización de mediciones, cálculos valoraciones, tasaciones, peritaciones, estudios, informes, planes de labores y otros trabajos análogos, así como la dirección de toda clase de industrias o explotaciones, etc.

- ¿De dónde surge la polémica por la falta de atribuciones?
No hay ninguna polémica, sino más bien una confusión generalizada por la falta de información. Hoy en día pensamos que cualquiera que tenga un título de Graduado en Ingeniería, ya de por sí tiene la capacidad legal para realizar proyectos, direcciones de obra, informes, etc., y con la legislación actual nos encontramos que no es así. Pero esta cuestión que puedo entender que no sea muy conocida por los estudiantes, si que lo es por las Universidades, y sin embargo están optando por implantar titulaciones de Grado en Ingeniería especialistas y que además no otorgan atribuciones profesionales, sin dar la información precisa, por lo que muchos estudiantes cuando finalizan su titulación se dan cuenta de que no tienen la capacidad legal para redactar proyectos y otros, lo que les supone una enorme frustración.

De todas estas titulaciones de Grado en Ingeniería especialistas y sin atribuciones profesionales, hay algunas que sí que tienen realmente demanda en el mercado laboral como podría ser Diseño Industrial, Organización Industrial, que están más enfocadas al mundo de la empresa, pero el resto o bien requerirían de atribuciones profesionales para ejercer la profesión, o bien como es el caso del Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales, se trata de una titulación que se ha generado de forma artificial y que solo sirve como escalón para posteriormente realizar el Máster de Ingeniero Industrial, lo que incumple todos los principios del Sistema Universitario español, dado que los Grados deben estar orientados para el ejercicio de actividades de carácter profesional, y en este caso, al no tener ninguna demanda laboral, ni atribuciones profesionales, se ven obligados a realizar un Máster.

- ¿Qué organismo es el encargado de otorgar las atribuciones y en qué se basan para otorgarlas?
En España las atribuciones profesionales las otorgan los títulos académicos que reúnen una serie de requisitos, es decir, es el Gobierno el que fija las competencias mínimas que se han de adquirir para poder ejercer una profesión, y en nuestro caso, se trata de la Orden CIN 351/2009 que es la que indica los contenidos mínimos que ha de tener una titulación de Grado en Ingeniería para que de acceso a la profesión de Ingeniero Técnico Industrial, sea cual sea su denominación.

Las Universidades han de adaptar sus planes de estudios a esa orden CIN, siendo la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad Académica y Acreditación (ANECA) la encargada de comprobar que efectivamente se cumplen los criterios fijados, y una vez aprobada la titulación cualquiera que esté en posesión de ese título podrá ser admitido en el correspondiente colegio profesional y ejercer la profesión regulada de que se trate.

Es obvio que los trámites y exigencias para acreditar una titulación que da acceso a profesión regulada son mucho mayores que las que no otorgan atribuciones profesionales, por lo que se puede entender que estén proliferando tantos títulos de Grado en Ingeniería de este tipo.

- Las atribuciones profesionales pueden ser exclusivas de una profesión o bien ser compartidas por varias profesiones
No obstante, esta es la situación actual sobre las atribuciones profesionales, lo que no significa que yo esté de acuerdo y que no piense que necesitan una modificación, sino más bien todo lo contrario.

En España, de forma casi inédita, y tal y como hemos dicho, las atribuciones profesionales las otorga un determinado título académico, y son similares durante toda tu vida profesional, es decir, tienes la misma capacidad legal de firma de proyectos con la carrera recién terminada que con 30 años de experiencia, lo cual es totalmente ilógico y contrario a una correcta evolución profesional, pero también lo es, el que no se exija un reciclaje permanente o una continuidad en el ejercicio profesional para poder seguir ejerciendo la profesión. ¿Alguien se dejaría operar por un cirujano que lleve 30 años sin ejercer?

En la mayoría de países son los equivalentes a los Colegios Profesionales lo que otorgan las atribuciones profesionales, no solo a través de la titulación académica, sino también conforme a la experiencia y formación continua de cada uno de los profesionales, de tal forma que las atribuciones van creciendo conforme mayores son tus competencias (conocimientos) profesionales, y además se exige un seguimiento continuo y recertificación para poder seguir ejerciendo, algo que nosotros hemos puesto en marcha con la Acreditación DPC Ingenieros, y que aunque en la actualidad no tiene efectos legales, sí que otorga un sello de calidad a aquellos profesionales que la poseen.

¿Un graduado sin atribuciones profesionales puede ejercer la profesión que ha estudiado?
Como he dicho antes, hay Grados sin atribuciones que sí que tienen demanda profesional y por lo tanto podrán ejercer una profesión, que aún sin estar regulada, es decir, que podría realizar cualquier otro profesional, presentarán un perfil idóneo para ocupar ese puesto de trabajo.

Otra cuestión bien diferente, es que, si esos títulos de Grado en Ingeniería les otorgasen atribuciones profesionales, además de poder optar a esos trabajos, también podrían ejercer la profesión de Ingeniero Técnico Industrial y por tanto, podrían firmar proyectos, direcciones técnicas, etc..., que viene a significar otra salida profesional más.

Hoy en día en nuestra profesión, solo un 20% de los colegiados utilizan las atribuciones profesionales, pero como he dicho antes, es un recurso profesional que tienen todos ellos y que en más del 80% utilizan alguna vez en su vida. Lo que no es entendible, es que un Graduado en Ingeniería Energética o de la Energía sin atribuciones profesionales, sea contratado por una empresa de energías renovables, y le pidan, como es lógico, que firme un proyecto de instalación fotovoltaica, y que sea entonces cuando se dé cuenta de que no los puede firmar, y por tanto, en su empresa tengan que contratar a un Graduado en Ingeniería Eléctrica o similar, con atribuciones profesionales para que los pueda realizar. Este hecho los coloca en una situación de desventaja respecto a otros titulados y en muchos casos verán frustradas sus expectativas profesionales, lo que tiene que servir de profunda reflexión a las Universidades que imparten estas titulaciones.

- ¿Todas las carreras tienen atribuciones profesionales?
No, solo las que dan acceso a profesiones reguladas por Ley, y por tanto han de reunir unos contenidos mínimos que son fijados previamente.

- ¿Por qué títulos con la misma mención no tienen atribuciones en todas las universidades?
La reforma de Bolonia supuso entre otros la eliminación del catálogo de títulos, de tal forma que cada universidad puede poner el nombre que quiera a su titulación, y de aquí es de donde surge todo el problema, ya que con anterioridad la titulación se correspondía de forma directa con la profesión a la que daba acceso, pero en la actualidad titulación y profesión son diferentes, lo que produce una enorme confusión tanto en la sociedad como en los empleadores.

Como he dicho antes, hoy en día a cualquier título se le pone el nombre de Ingeniero, y parece que ya se identifica con la profesión, lo cual es totalmente erróneo, pero además con títulos de igual denominación se pueden estudiar planes de estudio muy diferentes, hasta tal punto que unos dan acceso a la profesión de Ingeniero Técnico de Minas, otros no dan acceso a profesión regulada alguna, y otros a la profesión de Ingeniero Técnico Industrial, y esto sencillamente es un disparate.

Pero la conclusión que se debe extraer del actual sistema, es que el título académico no te identifica profesionalmente, y lo que realmente debe saber el empleador o tu cliente, es lo que tú sabes hacer, para lo cual y conforme se ha comentado anteriormente, será necesario el reconocimiento del aprendizaje permanente a lo largo de la vida.

- ¿Qué recomendación haría a los estudiantes que empiecen este año la universidad?
En este sentido lo tengo muy claro, y siempre recomendaría a los estudiantes elegir un Grado en Ingeniería generalista que otorgue las máximas perspectivas profesionales, y que otorgue atribuciones profesionales, y a partir de aquí y en función de sus expectativas laborales o inquietudes académicas, que realice los máster o cursos de especialización que entienda precisos, porque de esta forma siempre tendrá una base que le dará una mayor flexibilidad a la hora de cambiar de sector profesional.

Cuando un alumno se especializa en el Grado, se está cerrando numerosas puertas profesionales de cara al futuro, y siempre estará condenado a trabajar en un sector determinado sean cuales sean las circunstancias de este, o las suyas propias, y sin duda alguna, supondrán un freno importante para el reciclaje hacia otros sectores, o su propia evolución profesional.

Las atribuciones profesionales siempre serán un recurso más que proporcionará mayor empleabilidad y mayores expectativas de autoempleo a cualquier profesional, por lo que aunque requieran un mayor esfuerzo el estudiar titulaciones que las otorgan, al final tendrán su recompensa.

miércoles, 10 de junio de 2015

Una pyme industrial, un ingeniero

Artículo publicado en la Revista Técnica Industrial (Junio 2015)

La gran industria española es actualmente muy competitiva y, como muestra, solo hay que fijarse en sectores tan importantes como son el de la automoción o el petroquímico, entre otros. En este logro, no cabe duda, han influido de manera decisiva las importantes reformas realizadas por el Gobierno. Sin embargo, según los datos del Ministerio de Industria, de las 205.682 empresas industriales españolas, el 99,6% son pymes. De estas pymes industriales, el 37,6% son microempresas sin asalariados; el 48% son microempresas con 1-9 empleados; el 11,8% pequeñas empresas, con 10-49 empleados, y el 2,2 %, medianas con 50-249 trabajadores. Solo el 0,4% de las empresas industriales tienen más de 250 empleados.
Pues bien, las micro y pequeñas empresas de 1 a 49 empleados tienen un problema fundamental para su crecimiento. Este problema no es otro que la falta de competitividad, derivada del difícil acceso a la innovación y desarrollo de producto, la organización, la planificación, la producción, etc. En estos ámbitos resulta primordial la función de los ingenieros, que son los que pueden trasladar de forma directa el potencial que necesitan las empresas para desarrollarse, crecer e innovar. Y es aquí donde pedimos que se adopten las medidas necesarias para facilitar la contratación de ingenieros en las pequeñas industrias españolas.
Además de conseguir un aumento de la competitividad de las pymes industriales, nos alegraremos todos de que nuestros ingenieros no tengan que salir a otros países en búsqueda de oportunidades laborales, y que cuando lo hagan sea por pro-pia voluntad y en función de los objetivos que cada cual se fije libremente. Las empresas españolas necesitan ingenieros y los ingenieros necesitan una oportunidad.
La ingeniería técnica industrial española ha pasado de ser la cuarta profesión mas demandada a ser la segunda en la actualidad. Y este es sin duda un claro indicativo de la evolución positiva de nuestra economía. Pero, aun así, sigue sin ser suficiente para satisfacer las demandas laborales de nuestros ingenieros. Entre otras acciones, el Cogiti ha desarrollado un plan de movilidad internacional, pero no para facilitarles que se vayan sin más, pues esto no sería muy acertado, sino que hemos desarrollado en paralelo un plan de retorno, consistente en mantener a los ingenieros totalmente informados de las nuevas oportunidades que vayan surgiendo en nuestro país. Por ello, nos toca trabajar para que estas oportunidades de retorno sean cada vez más y mejores, y faciliten el regreso de nuestro capital humano.
En este contexto, uno de los puntos fuertes en los que estamos trabajando es precisamente el de que los ingenieros se generen sus propias oportunidades, a través del emprendimiento y la puesta en marcha de iniciativas innovadoras. Y para ello se hace muy necesario el trasladarles ese sentido de la responsabilidad que han de tener para con la sociedad.
Me entristecen sobremanera las escalofriantes cifras de paro juvenil. Pero si hay algo que me duele aún más es el comprobar el alto grado de resignación que muchas veces cunde entre los egresados a la espera de que la situación cambie. Y es ahí donde tenemos que poner todo nuestro ímpetu, para trasladarles la confianza que necesitan y que puedan ser ellos mismos quienes asuman el papel de la transformación y el crecimiento. Y, dicho sea con todos mis respetos, pierdan ese miedo al doctorado.
Digo doctorado y lo hago a propósito. Y así se lo traslado a los jóvenes ingenieros que visito en las universidades españolas. Y es que hay varias formas de doctorarse: una de ellas es a través de la Universidad, pero otra no menos importante es el resultado de la experiencia vivida tras un reto empresarial o profesional, sea cual sea el resultado del mismo, pero que nos acompañará durante toda nuestra vida.

Pero centrándonos en el ámbito universitario, España ha realizado la integración académica en el Espacio Europeo de Educación Superior, algo que sin duda facilita la movilidad en el ámbito mundial, pero que contrasta con el modelo que subsiste en España desde el siglo XIX en algunas profesiones. No es entendible que dos siglos después, y en el concepto de globalización en el que estamos inmersos, sigan existiendo dos niveles profesionales, algo que, por otra parte, resulta casi inédito en el ámbito mundial; como tampoco lo es la enorme segmentación profesional, basada única y exclusivamente en el concepto de uso y no en la capacitación técnica o competencia profesional.
Pensamos que ha llegado el momento de dar ese salto de modernidad que elimine esas barreras que nos hacen ser me-nos competitivos que el resto de ingenieros a nivel europeo y mundial. Y que, sin menoscabar ni uno solo de los derechos adquiridos por los actuales profesionales, podamos confluir hacia los modelos mayoritariamente implantados de habilitación profesional por los colegios profesionales. Aquí, claro está, tendrá especial protagonismo el desarrollo profesional continuo (experiencia y formación) a lo largo de la vida, lo que a su vez resulta ser un objetivo básico en la política europea para conseguir mejorar la empleabilidad, la movilidad y la competitividad. Algo de lo que precisamente en España estamos muy necesitados.

domingo, 19 de abril de 2015

Cada pyme industrial de España necesita un ingeniero para ser más competitiva

Entrevista publicada en la Nueva España (Abril 2015)

"Cada pyme industrial de España necesita un ingeniero para ser más competitiva".
"Apostamos por la autorregulación y las profesiones basadas en el aprendizaje permanente, sin intervención del Estado".


El murciano José Antonio Galdón dirige desde hace cuatro años el rumbo de la ingeniería técnica industrial en España. El pasado enero fue reelegido como presidente del Consejo General de Colegios de Ingenieros Técnicos Industriales de España (COGITI), institución que representa a los 50 instituciones profesionales y a los casi 90.000 Ingenieros Técnicos Industriales y Graduados en Ingeniería de la Rama Industrial de España. Esta semana estuvo en Gijón para abordar con estudiantes y profesionales los nuevos horizontes de la profesión.

-Nueva etapa al frente del Consejo. ¿Qué retos platean?
-Lo que pedimos, y así se lo hicimos saber durante la toma de posesión al Ministro de Industria, es que al menos tengamos un ingeniero por cada pyme (pequeña y mediana empresa) industrial en España. Un 99,6% de las firmas industriales de nuestro país son pymes de hasta 250 empleados y un 48% de ellas están entre uno y 10 trabajadores. El problema de estas empresas para su competitividad es que son muy pequeñas y no tienen acceso a la innovación y al desarrollo de productos. Lo que defendemos es que todo eso que les falta lo aporte un ingeniero, para facilitar el empleo de los nuevos titulados y para que no tengan que salir fuera, posibilitando a las empresas de aquí que puedan crecer.

-¿A cuántos ingenieros pretenden colocar en las pymes?
-La idea es alcanzar el objetivo de recuperación del 20% del PIB industrial para 2020 en la Unión Europea. Para eso necesitamos ayuda de la Administración para que esas pequeñas y medianas empresas puedan incorporar ingenieros. Si tenemos unas 293.000 empresas industriales, de las que el 48% son pymes estaríamos hablando de unas 150.000. Esas serían las susceptibles de incorporar ingenieros porque las grandes ya los tienen.

-Han subido del cuarto al segundo puesto de profesiones más demandadas de España.
-Un país que necesita ingenieros es un país que está creciendo. Estamos muycontentos pero no totalmente satisfechos. Hace falta generar más empleo y alcanzar ese objetivo del 20%. Los ingenieros técnicos industriales son profesionales altamente demandados a quienes, además de las empresas españolas, los contratan otras de fuera o las propias firmas españolas cuando realizan su implantación en el extranjero, por ejemplo, en energías renovables, un sector que aquí está muerto porque lo dinamitaron. Países que son referencia en el sector industrial como Alemania siguen demandando ingenieros.

-¿Por qué insisten sobre la acreditación profesionales?
-En España nunca se ha tenido en cuenta la formación que realizas más allá del título académico, solo se valora cuando sales fuera el hecho de tener un buen currículo para seguir prosperando profesionalmente. En España tenemos la enfermedad de la "titulitis" pero la experiencia y la formación continua son importantes.

-El gobierno acaba de dejar en suspenso la aprobación de la ley de servicios profesionales.
-Es la crónica de una muerte anunciada. Se hizo a contrapié, sin escuchar al sector. La liberalización de la ingeniería para ser más competitivos en Europa y en el ámbito mundial es positiva pero no estaba bien conseguida. Faltaban los servicios, solo se analizó la ley colegial. Con buen criterio político la han aparcado para no enfrentarse al sector con unas elecciones a la vista. Aunque en algún momento se pueda criticar la falta de decisión en eliminar las barreras en ingeniería, insistimos en que nos dejen autorregularnos y que se hagan profesiones basadas en el aprendizaje permanente. El mundo profesional ha demostrado el papel esencial de los colegios profesionales y el Estado no puede intervenir en nuestras funciones.

-¿Qué opina de la actual dualidad que existe en la ingeniería? ¿Por qué continúa?
-Es necesario eliminar barreras absurdas. Eso son corporativismos profesionales. Los cotos cerrados están creados para gente cómoda que no quiere prosperar. En determinados sectores sigue habiendo monopolio pero lo que genera una competitividad sana es que diferentes profesionales compitan con las mismas reglas de juego.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Discurso Toma de Posesión 11 de Marzo 2015

Aquí os dejo el video con mi discurso y el del Ministro de Industria, Energía y Turismo D. Jose Manuel Soria, en el acto de toma de posesión de la Junta Ejecutiva del COGITI.

lunes, 16 de febrero de 2015

Para que las empresas puedan innovar hacen falta ingenieros que les den esa capacidad


Entrevista publicada en La Región (Feb. 2015)

José Antonio Galdón Ruiz es el presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial y acaba de estar en Ourense participando en el Congreso Internacional de Ingeniería  de Seguridad Contraincendios. Galdón es un firme defensor de la profesión a la que representa y a la que considera vital en un proceso de reactivación industrial tras la crisis. Los ingenieros pasaron de ser la  cuarta profesión más demandada por las empresas a ser la segunda y con un paro que no llega al 10%.
¿Cuál es el momento actual de la profesión de ingeniero técnico industrial?
Estamos en un nuevo impulso después de haber vivido unos años malos y después de haber vivido un esfuerzo de readaptación con muchos compañeros nuestros trabajando en el sector de la construcción. Hemos sufrido esa crisis al igual que todos los profesionales de ese sector, aunque en nuestro ámbito profesional, al tener otras salidas profesionales, nos hemos ido readaptando hacia otros sectores. Nuestro paro es del 8 o 9 %, muy lejos del general. Incluso dentro del paro juvenil somos una excepción ya que los jóvenes ingenieros tienen poco paro, aunque las posibilidades de trabajo no todas están en España.
Pese al contexto de crisis, parece que los ingenieros han sido de las profesiones que mejor ha sorteado esa situación.
No cabe duda, porque nos hemos sabido adaptar a la nueva situación. En estos momentos la sociedad necesita cuantos más ingenieros, mejor. Hemos pasado de ser la cuarta profesión más demandada a ser la segunda y para mí ese es un indicador de que algo comienza a cambiar en España y que algo empieza a funcionar. ¿Por qué? Porque se están reactivando sectores muy importantes para la economía como es la industria. De todas las ofertas de trabajo que hay para ingenieros, el 70% son para las industrias y es uno de nuestros retos conseguir que se reactive ese sector porque hemos perdido desde el año 75 en el que teníamos un 40% de peso del tejido industrial dentro del PIB a tener en la actualidad casi un 14%. Estamos hablando de que en Europa se ha marcado una estrategia de conseguir el 20% de peso industrial de cada país y eso significa que tenemos que aumentar nuestro producto interior bruto industrial un 50%. Creo que estamos en el buen camino porque la industria española es competitiva. Por ejemplo, la industria automovilística española es de las más competitivas a nivel mundial, de ahí que estemos muy bien posicionados. En España tenemos todos los ingredientes para ser una potencia mundial porque tenemos infraestructuras magníficas, tenemos magníficos profesionales, se ha posibilitado que las medidas de empleo nos lleven por el camino de la competitividad y ahora lo que hay que hacer es facilitar la innovación y que los ingenieros monten también sus propias empresas, tengan capacidad de emprender.
Pero el que esté como segunda profesión más demandada obedecerá a algo más que a la adaptación del profesional. Por ejemplo, ¿a los cambios en los procesos industriales?
Obedece más a esto último. Nos hemos adaptado, pero las empresas están necesitando un plus de innovación, de competitividad, de internacionalización, de calidad. Para todos esos procesos se necesita un ingeniero, lo que ocurre es que en España hay industrias muy pequeñas, la mayoría de menos de diez trabajadores y así es muy difícil que sean competitivas, pero ese tejido industrial es importante y lo que sí es cierto es que para que se introduzca esa capacidad de innovar en las empresas y aumentar la producción, hacen falta ingenieros. Haremos una campaña para decir algo así como “pon un ingeniero en tu empresa”, para meter en esa industria esa capacidad de innovación, de calidad, internacionalización, etc.
¿Por qué la España industrial es una España de pequeñas empresas?
Es algo tradicional, que procede de industrias familiares en muchas ocasiones. También es cierto que eso hace que muchas empresas no sean competitivas y se pierden por el camino, aunque vuelvan a comenzar de nuevo. Y como no se puede volver a comenzar con una gran empresa, siempre hay ciclos que hay que cumplir. Creo que toda aquella empresa que queda estancada porque no introduce innovación se acaba estancando y no logra crecer.
¿Palpan los ingenieros la recuperación de la que se habla?
A nivel general creo que sí la hay porque si se piden más ingenieros es síntoma de que empieza esto a moverse y que esta es la senda. Influye mucho también el creérselo. Es más la ilusión que genera la sensación de que hay más trabajo y eso afecta también a nuestra perspectiva. Si nosotros salimos y vemos el sol, decimos que hace buen día. Pues en la economía pasa algo parecido porque no es lo mismo ver el telediario diciendo que la prima de riesgo está en 600 puntos que ver que está a cien, que aumenta el consumo, etcétera. Creo que tenemos todos los ingredientes para empezar a crecer.
¿Pero llega todo eso a la economía de mostrador?
Eso ya es un poco más discutible. Lo que sí es cierto es que cada persona que abandona el paro eso ya es una alegría, pero sigue habiendo casi cinco millones de personas que no tienen esa posibilidad y que no encuentran trabajo aunque quisieran. Para que se note en la economía familiar habrán de pasar más cosas.
Los ingenieros españoles son demandados en otros países. Eso es bueno, por su cualificación, pero malo porque aquí no hay oportunidades.
En España ahora mismo no hay todas las oportunidades profesionales que necesitamos. Estamos en el contexto de la Unión Europea con mercado único también en lo laboral, por lo tanto no se tiene que ver como una huida o salida de los profesionales. Yo le recomiendo a cualquier ingeniero joven que si no tiene trabajo aquí, antes de hacer otro trabajo que no es el suyo, que salga fuera porque hay muchas oportunidades, además de aprender un idioma, de crecer profesionalmente, de ver otra cultura, también vas a países donde puedes aprender muchísimo. Nosotros tenemos un plan de movilidad internacional y todos aquellos que se inscriben en el plan le ofrecemos un plan de retorno, que consiste en mantenerles informados en todas aquellas posibilidades que vayan surgiendo en España. Es cierto que como en España no se vive en ningún sitio y las veces que hemos salido hemos escuchado a nuestros colegas que están en otros países nos dicen que no quieren echar raíces allí.
Las ingenierías son propicias para el trabajo autónomo y para el emprendimiento. ¿Lo detecta en el colectivo?.
Cuesta un poco pero sí que hay emprendimiento. No es fácil porque hay que hacer muchos intentos antes de acertar. Nosotros estamos impulsando el emprendimiento desde los colegios y desde el consejo general con premios al emprendimiento a través de la Fundación Técnica Industrial. Necesitamos  trabajar mucho las patentes, que estamos a la cola en España.
¿Qué opina de la polémica sobre los grados universitarios y los másteres, con la famosa fórmula tres más dos?
El problema fundamental es que debería haber una política de Estado en educación que dé estabilidad si queremos llegar a los indicadores de los países que son punteros en educación. No podemos actuar con estos vaivenes, que si ahora hay un real decreto que son los grados de cuatro y sin haber terminado y sin haber comprobado si esos grados de cuatro años funcionan o no ya digan que se van a pasar a tres, que cada partido utilice un argumento diferente... Todo eso es confuso. En España el bachillerato acaba con 18 años y en la mayoría de países, con 19 y por eso tienen grados de tres años, de ahí que salgan con titulación universitaria con 22 años. No se pueden hacer las reformas de forma aislada, debería ser integral y a través de un pacto de Estado para dar estabilidad. Todo este tipo de vaivenes no benefician a nadie porque se genera confusión a todos los niveles.